Más del 90% de las marcas de sal de mesa contienen microplásticos, según un nuevo análisis reportado por Greenpeace East Asia.
Esto significa que cada vez que le agregues un poco de sal a tu comida, es muy probable que haya un poco de microplástico en tu plato.
El mismo estudio estima que el adulto promedio consume 2,000 piezas de microplástico en la sal cada año. Un estudio anterior estimó que la persona promedio consume 70,000 microplásticos cada año en general, y otro estudio encontró que las fuentes de agua del grifo y del agua embotellada contienen partículas microplásticas con mayor frecuencia.
El análisis de Greenpeace examinó 39 marcas de sal de mesa y encontró que 36 contenían microplásticos. Las concentraciones más altas de microplásticos se encontraron en las marcas de Asia, y la sal marina tenía más densidad microplástica que la sal de roca o lago.
Indonesia, que ha sido clasificado como el segundo país más contaminado del mundo, tenía la sal más plagada de plásticos.
No es que la sal sea únicamente susceptible de atraer microplásticos. Este contaminante se encuentra en cantidades tan altas porque impregna el entorno global. Por ejemplo, los científicos han determinado que más de 50 billones de microplásticos están en los océanos del mundo.
Esto es más de 500 veces la cantidad de estrellas que hay en nuestra galaxia.
Incluso los insectos transportan microplásticos cuando vuelan alrededor.
En el tamaño más grande del espectro, los microplásticos no son más grandes que un grano de sal, y la mayoría son invisibles para el ojo humano.
A medida que los plásticos se degradan, se rompen en pedazos cada vez más pequeños. Como el plástico tarda cientos de años en descomponerse, estos microplásticos se acumulan en la atmósfera.
E incluso a veces los microplásticos se crean a través de las prácticas cotidianas.
Una sola carga de ropa, por ejemplo, puede liberar 700,000 fibras de plástico al aire.
Los científicos aún no están seguros de las consecuencias para la salud de ingerir tanto plástico, según publicó National Geographic.
Pero los microplásticos se convierten en un imán para la contaminación cuando se encuentran en el ambiente, recolectando pesticidas agrícolas, químicos de plantas industriales, emisiones de gases de efecto invernadero y más.
También se sabe que el plástico está compuesto de sustancias tóxicas para la salud humana.
"El océano es la sangre vital de nuestro planeta, sin embargo, lo estamos envenenando con millones de toneladas de plástico cada año", dijo Peter Thomson, presidente de la Asamblea General de la ONU,a principios de año.
"Ya sea un impuesto a las bolsas de plástico o una prohibición, cada país puede hacer su parte para mantener la integridad de la vida en el océano", agregó.