Toda persona tiene el mismo derecho a vivir, amar y estar libre de la pobreza. Sin embargo, en todo el mundo, demasiadas comunidades vulnerables se ven retenidas de manera desproporcionada, incluida la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI).
Los datos son limitados, pero lo que tenemos muestra una disparidad global impactante. Una persona joven que nació como LGBTI tiene más del 50% de probabilidades de ser intimidado en la escuela, y uno de cada tres se salta la clase o la abandona por completo. Y cuando crezca, será más difícil encontrar y mantener un trabajo, con las personas LGBTI excluidas constantemente de la fuerza laboral, lo que las inhibe de la inclusión social y la movilidad económica.
Mientras tanto, las mujeres transgénero tienen casi 50 veces más probabilidades de vivir con el VIH que la población en general; sin embargo, la evidencia sugiere que las personas LGBTI tienen más probabilidades de que se les nieguen servicios básicos como la atención médica.
Todo esto se suma a una realidad espantosa: si examinas los ingresos globales promedio, el Banco Mundial sugiere que las personas LGBTI tienen más probabilidades de caer en el 40% más pobre. Esto no es justo ni correcto.
El mundo debe dar un paso adelante y asegurarse de que nadie se quede atrás, incluida la comunidad LGBTI, en nuestra lucha para poner fin a la pobreza extrema. Pero la lucha comienza con la educación: responde el cuestionario para obtener más información.