A lo largo de la última década, mientras Nigeria se ha enfrentado a diversos retos, como incontables recesiones, inseguridad y pobreza extrema; sus comunidades de entretenimiento y tecnología se han mantenido como signos de esperanza.
De acuerdo a la firma de consultoría PricewaterhouseCoopers (PwC), se prevé que la industria del entretenimiento nigeriana obtenga un crecimiento de casi del doble, de 7.7 billones de dólares en 2021 a 14.8 billones para 2025. Por su parte, las startups tecnológicas han recaudado sólo en los primeros cuatro meses de 2022, la suma de $678 millones de dólares de financiamiento, es decir, un tercio de lo obtenido en África durante el mismo periodo, lo que equivale a un aumento del 137% en comparación con los primeros cuatro meses del 2019.
Desde Burna Boy y Tems hasta los programas de Netflix, y las empresas de Fintech Flutterwave y Piggyvest, han mostrado un reconocido interés mundial por los desarrolladores de software nigerianos, son muestras más que suficientes de que estas dos industrias ocupan un lugar fundamental en la configuración del futuro de Nigeria.
Pero todo esto no está exento de desafíos. A pesar de la gran actividad en el ámbito tecnológico nigeriano, el acceso a Internet sigue siendo un sueño en dicho país, ya que más de la mitad de sus 200 millones de habitantes, no tienen acceso a Internet ni a ningún servicio digital.
A la creciente brecha digital, se suma el problema del suministro eléctrico, junto con los elevados precios del Internet y la lentitud de la velocidad media de la red. Todo ello en un contexto de tasas de desempleo astronómicas (más del 33%), incremento del hambre, costo de la vida y, con ello, aumento en los índices de pobreza.
No obstante, según el Banco Mundial, Nigeria (y África), que cuenta con una de las mayores poblaciones juveniles del mundo, se coloca ante la posibilidad de desarrollar una potente economía digital que podría tener un "impacto transformador" para el país.
Esta es la oportunidad que la activista Oladiwura Oladepo, Directora Ejecutiva y cofundadora de la Iniciativa de Tecnología para el Cambio Social y el Desarrollo (Tech4Dev), quiere aprovechar; al utilizar la tecnología como una herramienta mediante la cual empoderar a millones de jóvenes nigerianos.
Oladepo, como ganadora del Premio Waislitz Global Citizen 2022, recibirá $50,000 dólares de financiamiento para impulsar su trabajo, así como sus dos compañeros premiados, recibirán respaldo de networking para acelerar e incrementar su impacto. El premio, presentado por la Fundación Waislitz y Global Citizen, cuenta con el apoyo de Mesoblast, empresa líder en el sector de los medicamentos celulares con sede en Estados Unidos y Australia.
Nos acercamos a Oladepo para saber más sobre su trabajo, por qué es importante, y cómo la tecnología puede ser una poderosa herramienta para luchar contra la pobreza extrema.
GC: ¿Dónde y cómo creciste?
Oladepo: Crecí en Ibadan, la capital y la ciudad más poblada del estado de Oyo, Nigeria; en una modesta familia de siete miembros. Tengo otros cuatro hermanos, dos mujeres y dos varones. Mi padre es profesor de salud pública y mi madre es enfermera titulada; ambos han dedicado su vida a salvar vidas, y ayudado a las personas con enfermedades de importancia para la salud pública. Crecí viéndolos hacer esto y, me atrevo a decir, que me formó para ser quien soy hoy.
¿Puedes hablarnos más de ello?
Mis padres son personas muy dedicadas y diligentes. Aprendí la tenacidad de ellos, nos educaron a mis hermanos y a mí para que supiéramos que "imposible" es sólo una palabra. Fuimos criados de tal manera, que nos permitieron ser independientes y tomar nuestras propias decisiones, por ejemplo, fue mi decisión a qué instituto asistir y hasta qué estudiar a nivel licenciatura.
Las niñas no fuimos criadas de forma diferente de los niños y todos crecimos de forma tan autosuficiente que, independientemente de las dificultades que se nos presentaran, mis hermanas y yo estábamos preparadas para resolverlas con poca o ninguna ayuda.
Mis padres fueron conscientes de que mis hermanas y yo no fuimos educadas para ser frágiles, ni con un sentimiento de no poder hacer algo o desventaja en alcanzar el éxito debido a nuestro género. Nos enseñaron a ser princesas africanas fuertes.
Diría que todas estas enseñanzas y crianza me formaron para convertirme en lo que soy hoy. Aunque mis actividades diarias me obligan a pensar sobre la marcha y en ocasiones tomar decisiones esporádicas, puedo hacerlo fácilmente porque mis padres me prepararon para ello.
¿Cómo describirías lo que haces en una frase?
El uso de la tecnología para avanzar en el desarrollo sostenible del capital humano en África.
¿Qué te inspiró a crear Tech4Dev en primer lugar?
En 2014, durante la crisis del ébola en Nigeria, mi cofundador Joel Ogunsola y yo, junto con mi padre (profesor de salud pública), nos reunimos con la preocupación por la forma en que los nigerianos pudieran sensibilizarse sobre el virus del ébola y también protegerse para no contraerlo o propagarlo.
La idea era proporcionar rápidamente información relevante de la enfermedad. Así que decidimos crear un sitio web que, en su momento, recibió más de un millón de visitas únicas. Habíamos resuelto un problema, así que el siguiente paso fue pensar en otra situación que pudiéramos solucionar.
El sueño era solventar los mayores desafíos del mundo utilizando la tecnología, así que, en 2016, creamos Technology for Social Change and Development (Tech4Dev). Inicialmente empezamos con tres áreas de retos fundamentales: educación, compromiso cívico y ciudadanía activa, y salud pública. Así en 2019, nos centramos en una de ellas y fue la de la educación.
Nuestro eje central se rediseñó a una organización sin ánimo de lucro, que crea acceso a oportunidades y plataformas de trabajo remunerado y digno, así como de emprendimiento para los africanos a través de la potenciación de las habilidades digitales y su defensa.
Nuestra iniciativa mundialmente reconocida, Women Techsters, está inspirada en impulsar la creación de oportunidades y mejora del nivel económico para las mujeres jóvenes africanas, especialmente en las comunidades desatendidas, mediante la capacitación digital.
Este viaje comenzó con nuestro "Programa de Código para el Impacto", en el que dotamos a 70 niñas y mujeres de instituciones terciarias de habilidades para programar y capacidad de análisis, trabajando con Hacey Health Initiative, Access Bank y el consulado de Estados Unidos en Nigeria. El resultado de ese programa nos impulsó a ampliar nuestro alcance de impacto y trabajamos con el apoyo de Microsoft en Nigerian Women Techsters, que llegó a más de 2,400 mujeres, en 12 estados de Nigeria.
Basándonos en las historias de éxito de las mujeres de Nigerian Women Techsters, lanzamos Women Techsters en 2021, con el objetivo de llegar a 5 millones de niñas y mujeres en toda África para el 2030.
En los últimos seis años, Tech4Dev ha tenido un impacto directo en más de 45,000 personas y ha llegado a 10 millones de personas a través de nuestros programas y la participación en las redes sociales, con beneficiarios en 31 estados de Nigeria y de 15 países africanos.
Image : Tech4Dev
¿Puedes describir algún acontecimiento o momento concreto que te haya llevado al activismo?
Mientras estudiaba en la Yale School of Management, compartía mi ambición de crear una empresa tecnológica en Nigeria con una amiga chino-estadounidense y ella mencionó que había estado programando desde los 9 años. Eso me dejó boquiabierta, porque un niño promedio en África no puede permitirse ese sueño, lo que limita sus posibilidades de competir en un escenario global.
Me di cuenta de que había un problema que resolver. Imagínese que todos los niños de África pudieran permitirse soñar e incluso acceder a esas oportunidades, habríamos conseguido capacitar a toda una generación.
Sabía entonces, como ahora lo sé, que, en primer lugar, tenemos que desmitificar los estereotipos que existen en el espacio tecnológico; en segundo lugar, crear acceso a un trabajo decente y oportunidades de emprendimiento para los africanos a través de la potenciación de las habilidades digitales y la promoción; y, en tercer lugar, seguir ampliando nuestro alcance hasta lograr nuestro objetivo de capacitar a 5 millones de mujeres en habilidades digitales para el 2030.
¿Cuáles han sido tus mayores retos en el camino, y cuáles a los que te enfrentas como activista en Nigeria?
Mi mayor reto ha sido siempre el arraigado sesgo que existe en el ecosistema tecnológico. La mentalidad de que una chica o mujer promedio no pueden concebir la idea de aprender habilidades digitales o iniciar una carrera en tecnología.
Una vez más, esta mentalidad está anclada en una sociedad profundamente patriarcal en la que los hombres controlan el espacio tecnológico y lo consideran impenetrable e inaccesible para las mujeres. Un estereotipo que también ha sido ampliamente difundido por padres, tutores, comunidades y medios de comunicación.
Nos pareció importante romper los estereotipos de género y demostrar a las mujeres que pueden ser quienes quieran y utilizar las habilidades adquiridas para valerse por sí mismas. Por eso pusimos en marcha el programa Women Techsters.
El problema que buscamos resolver con Women Techsters, es acercar a las mujeres a las oportunidades económicas que existen dentro del ecosistema tecnológico, crear un equilibrio de género dentro del ecosistema mejorando los resultados de las tecnologías construidas y la generación de tecnologías no sesgadas.
Otro reto recurrente y propio de los países africanos en los que trabajamos es que, aunque nuestros programas son de costo cero y gratuitos, algunas de sus beneficiarias no pueden permitirse el equipamiento básico, como las computadoras portátiles necesarias para aprender.
Esta es la triste realidad a la que nos enfrentamos. En países como Nigeria, nuestras beneficiarias también sufren el problema del suministro irregular de energía y el escaso o nulo acceso a datos rápidos, fiables y asequibles. Tenemos que idear diversos medios para asociarnos con organizaciones afines dispuestas a apoyar a estas mujeres.
¿Por qué tu misión es importante para ti personalmente, y cómo ayudarás a acabar con la pobreza?
Aunque crecí en lo que se llamaría un hogar modesto, mi familia era considerada una de las privilegiadas de mi barrio. Había muchas familias que no podían permitirse enviar a sus hijos a la escuela: algunas niñas sólo contaban con el privilegio de la educación primaria, mientras que otras que terminaban la secundaria o el bachillerato no podían seguir estudiando porque sus padres creían que una niña no merecía esa inversión.
Así que muchas de ellas se convirtieron en madres adolescentes y tuvieron que hacer trabajos de poca monta para ganarse la vida, y lo mismo ocurrió con sus madres.
Esta exposición que tuve en mi infancia, me hizo darme cuenta de lo diferentes que habrían sido las cosas si aquellas niñas hubieran tenido acceso a oportunidades para vivir decentemente y a la libertad financiera, o si sus padres hubieran estado lo suficientemente capacitados para tener trabajos decentes.
Esto es lo que el programa Women Techsters pretende resolver. Capacitamos a las niñas y mujeres, especialmente en las comunidades desatendidas, con habilidades digitales de gran demanda que les dan acceso a un trabajo decente y a una mejor subsistencia económica. Esto nos ha ayudado a mejorar los resultados de las perspectivas laborales de nuestras beneficiarias en más de un 50%.
Creemos que cuando se forma a una mujer, se forma a una nación, porque las mujeres tienen la capacidad de multiplicar las inversiones, con lo que es fácil que se produzca un efecto dominó, especialmente en su familia inmediata y en su comunidad.
Sobre el papel, se está mejorando el medio de vida de una mujer, pero nosotros lo vemos como el empoderamiento de un hogar y la reducción de la pobreza en África.
¿Qué le gustaría que la gente supiera en relación con tu trabajo?
Empezar una carrera en tecnología no es tan difícil como parece. Hay muchas carreras dentro de la tecnología y algunas nada tienen que ver con escribir una línea de código, que a muchos les parece difícil. Algunos ejemplos son el diseño de productos, la gestión de productos, el análisis de datos, etc. Todo lo que se requiere es determinación y una fuerte creencia en unomismo.
¿Cuál sería tu mensaje para los Global Citizens que se inspiran en tu trabajo?
Para mí, la ciudadanía global trasciende el impacto local. Implica reconocer que hay un problema que hay que resolver y movilizar inmediatamente los recursos para solucionarlo. Es tomar medidas para superar todos los retos del mundo de forma sostenible. Y lo que es más importante, es darse cuenta de que la unión hace la fuerza y que juntos somos poderosos y podemos garantizar un cambio duradero en la misión de reducir la pobreza.
Mi mensaje a los Global Citizens sería que apoyaran a las mujeres en todo lo que puedan. A iniciativas que empoderen al género femenino; que las apadrinen, orienten o impulsen hacia mejores oportunidades que las fortalezcan, como hacemos en Tech4Dev.
Haz lo que puedas para no ser parte del problema, sino para resolverlo conscientemente. Las mujeres merecen la igualdad de oportunidades en el espacio tecnológico. Aunque estamos lejos de cerrar la brecha, es sólo cuestión de tiempo y esfuerzo.