La pandemia del COVID-19 nos ha demostrado una y otra vez qué tan esencial puede ser el manejo del agua, el saneamiento y la higiene (WASH) eficaces para prevenir el contagio de una enfermedad. Cuando las comunidades tienen acceso a agua potable y segura, están mejor preparadas para seguir los consejos de salud pública recomendados y contener o prevenir el brote de un virus.
Sin embargo, se estima que 2 mil millones de personas en el mundo actualmente están en riesgo de contraer el COVID-19 debido al acceso limitado al lavado de manos eficaz.
Y en países de ingresos medios y bajos, donde muchas veces carecen de las instalaciones adecuadas, estas condiciones insalubres también crean un caldo de cultivo para el contagio de otras enfermedades, las cuales han estado entre nosotros durante mucho más tiempo que el COVID-19.
Las enfermedades tropicales desatendidas son enfermedades de la pobreza que afectan a más de 1.7 mil millones de personas en 149 países.
A pesar de esto — y el hecho de que 2.7 mil millones de personas carecen de acceso al saneamiento en el mundo — las NTD nunca en la historia han recibido la atención necesaria de la comunidad internacional, es por eso precisamente que son consideradas “desatendidas”.
Algunas de ellas, como los helmintos transmitidos por el contacto con la tierra y la enfermedad del gusano de Guinea, son contagiadas a través del contacto con la tierra, la comida o el agua que han sido contaminados por parásitos. Otras, como tracoma, son transmitidas a través de insectos voladores y pueden prevenirse con el lavado regular de cara y la eliminación correcta de desechos humanos.
Cada año, los casos de NTD contribuyen a disminuir la asistencia escolar, al hambre y a la pobreza entre miles de niños, en especial niñas que dependen de instalaciones insalubres públicas compartidas.
La buena noticia es que estos problemas pueden corregirse ofreciendo acceso a instalaciones seguras y recursos de agua potable.
Mejorar el saneamiento podría reducir los casos de NTD relacionados con el lavado de manos hasta un 78% en todo el mundo, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Además de conducir a resultados positivos en la salud, las intervenciones de WASH global podrían también ayudar a aliviar la pobreza y a fomentar la asistencia a la escuela de miles de niños al año.
Pero la relación entre la HIGIENE y las NTD, aunque es evidente, no se ha abordado en gran medida por los líderes mundiales y los legisladores.
“El enfoque en la última década ha sido aumentar los tratamientos, en gran parte esto se ha podido realizar por las donaciones de compañías farmacéuticas”, afirmó a Global Citizen el Dr. Claire Chaumont, director de evidencia del programa de evaluación y medidas en el END Fund. “A pesar de los progresos hechos hasta ahora, las comunidades no han podido romper el círculo de transmisión de estos parásitos. Acelerar los avances hacia objetivos de eliminación requerirá una mejor integración de las campañas de tratamiento con intervenciones de WASH”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recientemente publicó un nuevo esquema para ayudar a los líderes mundiales a lograr este nivel de integración a escala global. Pero el WASH sigue sin posicionarse hasta arriba de la lista de prioridades de los legisladores cuando se trata de pelear contra las NTD.
Algunos países, como Nigeria, se han comprometido recientemente a mejorar las condiciones de WASH a través de la erradicación de la defecación al aire libre, marcando con ello un avance positivo en la lucha contra las enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea. Muchas organizaciones, como Water.org, una organización sin fines de lucro cofundada por el actor Matt Damon, también están trabajando con familias para financiar soluciones y mejoras en las comunidades más vulnerables del mundo.
Sin embargo, queda mucho por hacer, empezando con compromisos financieros substanciales por parte de los líderes mundiales, en un momento en el que la London Declaration sobre las NTD llega a su fin.
“El financiamiento está obstaculizando una estrategia de WASH global mejorada”, afirmó a Global Citizen April Davies, gerente de rendimiento y planeación para un impacto global de Water.org. “Se necesitarán $114 mil millones de dólares al año para el acceso universal a agua potable y saneamiento para 2030. La suma es tres veces más que la cantidad invertida actualmente”.
Chaumont secundó estas preocupaciones, además de añadir que los compromisos financieros renovados deben ir de la mano con una estrategia de la erradicación de las NTD global e inteligente a través del WASH.
“Garantizar que las [NTD] ocupan un lugar de relevancia en la agenda política es un primer paso clave para asegurar que serán una prioridad y abordadas”, afirmó. “El financiamiento apropiado es el segundo paso. Y finalmente, la alineación adecuada con otros sectores, como el WASH, contribuirá considerablemente a apalancar estas inversiones para erradicar estas enfermedades
Con solo el 0.6% de financiamiento para la salud global actualmente canalizado a la prevención de las NTD, se necesitan de manera urgente nuevos compromisos para salvaguardar el progreso hecho hacia su erradicación. Puedes unirte a nosotros exhortando a los líderes mundiales a renovar la London Declaration y movilizar nuevos compromisos financieros de $1.5 mil millones para ayudar a acelerar el progreso hacia esta meta al tomar acción aquí.