La contaminación del aire está acortando la vida de las personas en un promedio de tres años, según un estudio publicado recientemente en Cardiovascular Research.
Los investigadores determinaron que la contaminación del aire es un grave riesgo para la salud mundial que tiene una pérdida de esperanza de vida mucho mayor que otras amenazas importantes como fumar.
El estudio se basa en investigaciones anteriores, que revelaron que alrededor de 8.8 millones de personas mueren prematuramente de la contaminación del aire exterior cada año.
El equipo de científicos, provenientes de Europa y Arabia Saudita, también examinó el impacto que la materia particulada PM2.5 tiene sobre el cuerpo humano. Las PM2.5 son partículas tóxicas que se originan a partir de emisiones de combustibles fósiles. La exposición a las partículas finas causó 4,2 millones de muertes en todo el mundo en 2015.
Utilizando estos datos, el equipo descubrió que se pierden 2,9 años de esperanza de vida debido a la contaminación del aire en todo el mundo, un número mayor que la pérdida de esperanza de vida por fumar, el VIH / SIDA, enfermedades parasitarias y la violencia.
Si bien existen variaciones entre países, las muertes prematuras por la contaminación del aire exterior tienden a aumentar con la edad.
Las enfermedades coronarias representan la mayor cantidad de muertes prematuras atribuídas a la contaminación del aire, seguida de cerca por el cáncer de pulmón y otras infecciones y enfermedades respiratorias.
"Incluso aunque los problemas de pulmón son los principales objetivos de la contaminación del aire, causando inflamación y, por lo tanto, neumonía, habrá una transmigración de partículas en el torrente sanguíneo y en los vasos sanguíneos", escribió el profesor Thomas Münzel del Centro Médico de la Universidad de Mainz, co- autor del estudio.
El estudio también mostró que reducir las emisiones de combustibles fósiles puede ayudar a revertir este efecto.
Si las emisiones de combustibles fósiles se reducen a cero, la esperanza de vida mundial podría aumentar en más de un año y se podrían evitar alrededor de 5,5 millones de muertes prematuras cada año.
“Necesitamos niveles de emisión más bajos: el 91% de la población mundial respira aire contaminado según lo definido por la Organización Mundial de la Salud. Tenemos límites increíblemente altos para Europa y deben reducirse notablemente”, dijo Münzel.