Todas las veces que se diga que África ha sido olvidada detrás del resto del mundo en lo que se refiere a la adquisición y administración de vacunas del COVID-19 son pocas. La vacuna ha estado en nuestras vidas por más de un año y sin embargo, solo un poco más de 15% de la población de 1.3 mil millones de africanos ha sido totalmente vacunado. El nacionalismo de las vacunas o el “apartheid de las vacunas” como se han referido a ellas algunos funcionarios sudafricanos y kenianos, es un problema que continúa y que necesita tomarse en serio.
Como respuesta, líderes y organizaciones de todo el mundo han redoblado esfuerzos para ayudar al continente a asegurar dosis. La pregunta de que si hay suficientes dosis aseguradas para toda la gente del continente es una plática en sí misma (la respuesta corta es no). Sin embargo, la pregunta que debemos hacernos justo ahora es si las iniciativas y los compromisos actuales son útiles o perjudiciales dentro del panorama de la salud actual.
Sí, ha habido promesas hechas y compromisos declarados para asegurar que la población de África esté protegida de la pandemia, pero las palabras no son acciones; y si hay acción, no existe garantía de que la acción será valiosa y de colaboración. El compartir dosis y las donaciones de vacunas deben ser más que compromisos. Compartir dosis no es caridad, se trata de equidad.
No es conveniente simplemente cerrar los ojos y tirar vacunas hacia África, y esperar a que los africanos las reciban sin problemas. Una logística importante necesita considerarse: cosas como que si los países que van a recibir las vacunas están listos para aceptar las dosis y si cuentan con herramientas como jeringas y guantes para administrarlas, o incluso si el país receptor tuvo el tiempo suficiente para preparar una campaña de vacunación.
A finales de 2021, los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de África (CDC por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Africa Vaccine Acquisition Trust (AVAT por sus siglas en inglés) publicaron una declaración respecto a las donaciones de vacunas.
“Los países necesitan suministros confiables y predecibles”, afirma la declaración. “Planear con poca antelación y asegurarse de la aceptación de las dosis con poca vida útil aumentan de manera exponencial la carga logística en los sistemas de salud que de por sí ya están sobrecargados”.
La declaración continúa: “Las donaciones a COVAX, AVAT y a los países africanos deben realizarse de tal manera que sea fácil para los países africanos movilizar de manera eficaz recursos domésticos para apoyar el despliegue y poder hacer además planes a largo plazo con el fin de incrementar las tasas de cobertura”.
No sirve donar o compartir dosis si las vacunas no pueden ser recibidas de una manera tal que garantice su llegada a la población habitual.
Esta Semana Mundial de Inmunización, Global Citizen está revisando las iniciativas que tienen como objetivo suministrar dosis de vacunas de COVID-19 a África y analizando si en verdad están o no ayudando al continente.
1. Donaciones de países ricos
Los países ricos que acapararon las vacunas y que son los responsables principales del nacionalismo de las vacunas —en especial los países del G7 y los Estados miembros de la Unión Europea— posteriormente hicieron compromisos para donar vacunas a África.
¿Ha sido esto de utilidad? Sí y no.
Los compromisos mismos son importantes, pero hacer llegar las donaciones reales (y administrar las dosis en los brazos de las personas) es problemático. Si bien algunos países, como Francia y Estados Unidos, se asociaron o establecieron una comunicación con los países receptores para asegurarse de que las dosis fueran administradas; y de que las donaciones llegaran en buen estado, otros han donado dosis a punto de expirar (como Reino Unido, que donó un millón de vacunas que expirarían pronto a Nigeria), o todavía no han entregado casi nada de las donaciones prometidas.
Aunque Estados Unidos ha donado más que el resto de los países ricos, aún está por debajo de 76% de sus compromisos con los países necesitados. El país que menos le ha dado seguimiento a sus compromisos con los países de bajos ingresos es Reino Unido, que solo ha cumplido con 10% de los mil millones de vacunas que prometió compartir.
Además de esto, la declaración antes mencionada por parte de los CDC de África, la OMS y AVAT resultó de los países ricos y su manera inadecuada para donar las dosis.
2. La iniciativa de Global VAX de USAID
A principios de 2022, Estados Unidos anunció que aumentaría su apoyo relacionado con la vacunas para África a través de su iniciativa Global VAX. Este apoyo incluye asistir a 11 países de África subsahariana con el acceso a dosis, el despliegue de las vacunas y las herramientas para las mismas.
La iniciativa comprometió $250 millones de dólares con el fin de ayudar con las campañas de vacunación y otros $510 millones de dólares adicionales para asegurar que las campañas de vacunación sean sostenibles, lo cual incluye inversiones en el almacenamiento de cadena en frío y centros móviles para la administración de dosis.
Así que, ¿es esta iniciativa útil?
Para comenzar, es un paso en la dirección correcta. La iniciativa se puso en marcha realizando trabajos con tres países africanos subsaharianos, Costa de Marfil, Uganda y Zambia, en una apuesta por ver cómo puede ayudar, estudiando lo que se necesita y considerando dónde los países requieren apoyo. Hasta la fecha, la iniciativa ya se ha involucrado más en el proceso de donación de vacunas que las iniciativas de otros países.
Después de examinar la situación, la iniciativa encontró que los esfuerzos concentrados para apoyar las campañas y el despliegues de vacunación, más allá de solo donar dosis, resultaron en un incremento constante de la aceptación de las vacunas. El plan más reciente de la iniciativa involucra una asociación sólida con Zambia, además anunció un compromiso de $28 millones de dólares, que, según una declaración oficial, “apoyará las actividades de Global VAX que facilitan la vacunación de población de Zambia: incrementando el acceso a los sitios de vacunación, impulsando el suministro de cadena en frío y las logísticas, además de abordar la demanda y la confianza en las vacunas”.
Trabajar con los países receptores e invertir en el despliegue —y no solo en las vacunas mismas— son consideraciones que probablemente incrementarán la tasa de las dosis administradas con éxito. Por consiguiente, la iniciativa está probando ser útil.
3. Las donaciones de Sudáfrica a sus vecinos
Sudáfrica se encuentra en una posición excepcional en la lucha contra el COVID-19 al comparar el país con el resto del continente africano. Como un país de ingresos medios con capacidad para fabricar vacunas y ya que el presidente jugó un papel fundamental en el establecimiento del AVAT durante su periodo como presidente de la Unión Africana, Sudáfrica se ha mantenido a la cabeza en el despliegue de vacunas.
De hecho, donó dosis a países vecinos en un esfuerzo por asegurarse de que nadie se quede atrás. El país comprometió más de 2 millones de dosis para sus vecinos a través del AVAT, lo que suma un compromiso financiero de $18 millones de dólares.
Sudáfrica hizo esta promesa incluso cuando el país aún no había vacunado ni a la mitad de su propia población.
“Esta donación muestra la solidaridad de Sudáfrica con nuestros hermanos y hermanas en el continente con quien estamos unidos en la lucha de una amenaza sin precedentes a la salud pública y la prosperidad económica”, el presidente Cyril Ramaphosa afirmó en una declaración. “La única manera en la cual podemos prevenir la transmisión del COVID-19 y proteger las economías y las sociedades en nuestro continente, es inmunizando con éxito a una porción importante de la población africana con vacunas eficaces y seguras”.
¿Es la donación de Sudáfrica útil? Todavía no es claro ya que el despliegue de las vacunas donadas se llevará a cabo durante el 2022, pero la idea es que será, ya que el país trabajará de cerca con el AVAT y la African Medical Supplies Platform para distribuir las dosis.
Al ser llenadas las dosis de Johnson & Johnson en Sudáfrica —lo que significa que son fabricadas en otra parte y empacadas para su administración en Sudáfrica— la transportación y distribución de las mismas deberían ser más fáciles de coordinar con los países vecinos de lo que sería si las dosis llegaran de otro continente.
4. Promesas por parte de las empresas farmacéuticas
Johnson & Johnson
Después de enviar las vacunas producidas en África a países ricos en agosto de 2021, Johnson & Johnson se comprometió a suministrar 17 millones de dosis de vacunas a los países de la Unión Africana. El compromiso se anunció a finales de 2021, y las dosis de una sola inyección se planean administrar a través de COVAX y el AVAT.
“Desde el principio de nuestra respuesta al COVID-19, hemos entendido que nadie está seguro hasta que todos estemos seguros”, afirmó en una declaración el Dr. Paul Stoffels, funcionario científico en jefe y vicepresidente del comité ejecutivo de la empresa. “Sabemos que una vacuna de una sola inyección compatible con canales de distribución tiene el potencial de ser una herramienta crucial para ayudar a vacunar al mundo durante la pandemia”.
La iniciativa es útil ya que las dosis se compartirán a través de una asociación con la Unión Africana, sin embargo, es fundamental notar que la donación de Johnson & Johnson no proviene solo de la farmacéutica misma, en realidad es a través de la iniciativa de Estados Unidos, que compró las vacunas para compartir.
Moderna
El fabricante de la vacuna mRNA acordó suministrar 110 millones de dosis a países africanos. En lugar de una donación, se trata de un acuerdo que especifica que Moderna enviará dosis a países africanos.
De alguna forma se trata de un avance, pero es una gota en el océano en comparación con el problema en cuestión mayor.
La Unión Africana ha enfrentado dificultades para embolsar acuerdos con el fin de adquirir vacunas directamente de las empresas farmacéuticas, a pesar de contar con los fondos para hacerlo. Lo anterior es porque en sus esfuerzos por acumular vacunas para sus poblaciones, los países de altos ingresos precompraron la mayoría de vacunas disponibles por adelantado.
Sobre esto, Strive Masiyiwa, enviado especial a la Unión Africana, afirmó en una conferencia de prensa: “En casi todos los ejemplos, sin excepción, nos dijeron que no habría vacunas disponibles para nosotros durante 2021”.