El Presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada, quiere descarbonizar la economía global. No solo se trata de una consigna de campaña. Comenzó su periodo presidencial prohibiendo los combustibles fósiles en 2018.
"La descarbonización es la gran tarea de nuestra generación y Costa Rica debe ser uno de los primeros países en el mundo en lograrlo, si no el primero”, afirmó Alvarado en aquel entonces.
"Tenemos la tarea titánica y hermosa de abolir el uso de combustibles fósiles en nuestra economía para dar paso al uso de energías limpias y renovables”, añadió.
Desde entonces, ha supervisado una expansión de energía renovable, varios proyectos de conservación y restauración, además de poner a su país en marcha hacia la descarbonización para 2050.
Así mismo, ha instado a otros líderes del mundo a unirse. Ahora, Alvarado exhorta a los países a comprometerse a proteger 30% de las zonas marinas y terrestres para 2030, según The Guardian.
La iniciativa es parte de la Coalición de Alta Ambición (HAC por sus siglas en inglés) por la Naturaleza y las Personas, un grupo intergubernamental que busca prevenir la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas. Para reunir apoyo, Naciones Unidas determinó que los próximos 10 años serían “la década de la restauración".
“Nuestro enfoque es liderar con el ejemplo. Como dijo Mandela, ‘siempre parece imposible hasta que se logra’”, le dijo Alvarado a The Guardian. “La conservación es uno de los factores clave, que los científicos señalan como relevante, para proteger la biodiversidad y también para abordar la crisis climática. Pero trabajar solos, no es tan eficaz”.
Como en otros países, la pandemia del COVID-19 ha afectado la economía de Costa Rica y reducido los ingresos del gobierno, imponiendo diálogos y decisiones políticas difíciles, señaló The Guardian. Pero los meses próximos presentan una oportunidad para todos los países del mundo: romper con el orden establecido anterior y forjar un nuevo camino.
Pocos países proveen un ejemplo tan claro del camino a seguir como Costa Rica y es evidente en la manera en la cual el presidente dialoga sobre la crisis climática.
“Cada vez más, los impactos reales de la crisis climática en nuestras sociedades son evidentes”, afirmó Alvarado a The Guardian. “Solo el año pasado, Centroamérica fue golpeada por dos huracanes consecutivos: Huracán Iota y Huracán Eta. En particular en Nicaragua y Honduras, esto impacta no solo en términos de muertes pero también en términos de producción y desempleo, además de las migraciones que puede ocasionar”.
“Los científicos afirman que los huracanes en la región se han vuelto más frecuentes y fuertes. Esto va a tener efectos en nuestras sociedades en términos de crecimiento económico, de empleos, de desigualdad, de desigualdad en cuanto a las oportunidades para las mujeres, y en cuanto a la migración”, afirmó.
Costa Rica ha tomado medidas para protegerse del cambio climático. Al reconocer que la amenaza de las temperaturas está en aumento y los cambios que los patrones climáticos suponen para la biodiversidad, el país protegió el 26% de su medio ambiente. El país también ha emprendido el esfuerzo por proteger sus suministros de agua. Los científicos incluso están plantando coral nuevo resistente al clima a lo largo de sus costas para restaurar los arrecifes deteriorados.
Éstos son los tipos de intervenciones que pueden priorizarse en las condiciones resultantes de la pandemia.
Y Alvarado piensa que las necesidades del público para este movimiento están creciendo.
“Las políticas ambientales no necesariamente tienen consenso unánime”, afirmó a The Guardian. "Durante las décadas pasadas, han sido el principal ADN de Costa Rica pero aún así hay personas diciendo que quizás deberíamos explotar más la Tierra. Eso está muy lejos de nuestro ADN”.