La pandemia de COVID-19 ha seguido un patrón familiar para las comunidades indígenas en toda la selva amazónica.
Después de años de que sus tierras fueran destruidas por incendios forestales, proyectos industriales y la expansión urbana, llegó un virus mortal que se aprovechó de su posición remota y vulnerable a la vez.
Estas comunidades que viven en sitios remotos, lugares a horas de distancia de un centro médico con buenos recursos, están expuestas por encontrarse en un lugar en el que los forasteros transitan constantemente por su tierra natal para explotar los recursos naturales, mientras contaminan sus fuentes de alimentos y agua de formas que debilitan su sistema inmunológico.
Las Naciones Unidas advirtieron a los gobiernos sobre esta dinámica en marzo, y sus predicciones finalmente se hicieron realidad.
A principios de septiembre, la tasa de muerte por COVID-19 entre los pueblos indígenas de Brasil fue un 250% más alta que la población general, según datos publicados por la Fundación Thomson Reuters.
Desde entonces, el gobierno brasileño ha enviado médicos militares para brindar atención médica de emergencia a la tribu Guajajara en el estado de Maranhão a fines de septiembre. Organizaciones internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) también encabezan los esfuerzos de ayuda, pero necesitan más fondos.
A health worker in protective equipment stands on a boat carrying COVID-19 patient Jose da Conceição as he waits for an ambulance to transfer him to a hospital after arriving in the port of Manacapuru, Amazonas state, Brazil, June 1, 2020.
A health worker in protective equipment stands on a boat carrying COVID-19 patient Jose da Conceição as he waits for an ambulance to transfer him to a hospital after arriving in the port of Manacapuru, Amazonas state, Brazil, June 1, 2020.
Global Citizen se une a la OPS para pedir inversiones en las comunidades indígenas de la Amazonía para garantizar que la pandemia se pueda contener y que no se produzcan brotes similares en el futuro.
Global Citizen se comunicó recientemente por correo electrónico con Jessica Tome, analista del panel científico de la Amazonía en la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible, sobre la pandemia de COVID-19 en la selva amazónica, para conocer más cómo se han visto afectadas las comunidades indígenas y qué se puede hacer para ayudar.
Global Citizen: ¿Qué hace que las comunidades indígenas de la Amazonía sean especialmente vulnerables a la pandemia de COVID-19? ¿Cómo expone la pandemia las desigualdades de larga data?
Jessica Tome: En la región de América Latina y el Caribe, las comunidades indígenas y afrodescendientes históricamente han enfrentado desigualdades. Sus ingresos más bajos, su nivel educativo más bajo y otros determinantes sociales desfavorecidos de la salud, sumados a su acceso reducido a los servicios de salud, las barreras geográficas, la discriminación y el estigma, hacen que estas poblaciones sean particularmente vulnerables al virus y a una tasa de mortalidad más alta durante esta pandemia de COVID-19.
People arrive in a public taxi boat to the Shipibo Indigenous community of Pucallpa, located along the Ucayali River in the Amazonian rainforest of eastern Peru, Sept. 3, 2020. Transportation is one of the biggest hurdles in treating indigenous groups.
People arrive in a public taxi boat to the Shipibo Indigenous community of Pucallpa, located along the Ucayali River in the Amazonian rainforest of eastern Peru, Sept. 3, 2020. Transportation is one of the biggest hurdles in treating indigenous groups, some of which can only be reached by helicopter or an eight-hour boat ride.
La pandemia de COVID-19 plantea un mayor riesgo para la salud de los pueblos indígenas, tanto los que viven en áreas urbanas como los que viven en asentamientos remotos o áreas aisladas, donde el acceso a los servicios de salud es un desafío y a menudo hay una capacidad limitada para atender a la población entera. Entre las poblaciones indígenas, ya sea que vivan en asentamientos remotos o aisladas en áreas urbanas, algunos de los factores de riesgo que pueden estar asociados con tasas más altas de mortalidad por COVID-19 incluyen desnutrición, acceso insuficiente o falta total de acceso a los sistemas de salud, así como al agua potable y saneamiento básico, además de la elevada carga existente de enfermedades parasitarias. Además de los factores de riesgo antes mencionados, que existían antes de la pandemia de COVID-19, las poblaciones indígenas de la Región de las Américas enfrentan los siguientes factores de riesgo, que las colocan en una situación aún más precaria:
La tasa de contacto interpersonal entre grupos indígenas y no indígenas parece estar aumentando en algunos países. El contacto interpersonal aumenta el riesgo de exposición a patógenos, incluido el SARS-CoV-2, entre estos grupos.
La coinfección de COVID-19 con otras enfermedades de alta prevalencia (tuberculosis, por ejemplo) puede conducir a altas tasas de mortalidad entre los grupos indígenas.
Las aldeas aisladas tienen una densidad de población mucho mayor que las aldeas más fácilmente accesibles.
La dieta de muchas poblaciones indígenas depende de la caza y la pesca. Estas prácticas de subsistencia dificultan la implementación de las medidas de contención.
El movimiento frecuente de grupos indígenas a través de territorios transnacionales aumenta el riesgo de exposición a patógenos circulantes y la posterior transmisión del SARS-CoV-2 entre países vecinos.
La tala clandestina y las actividades mineras ilegales pueden provocar brotes, incluso en comunidades indígenas aisladas.
El desplazamiento de pueblos indígenas previamente asentados en aldeas, en busca de servicios sociales y atención médica, se ha asociado con brotes de enfermedades transmisibles.
¿Cómo ha afectado la pandemia los esfuerzos de conservación en la región?
La emergencia por el COVID-19 provocó desafíos adicionales para que los pueblos indígenas accedan a los servicios de atención médica en todo el país. A pesar de los esfuerzos de varias organizaciones para mitigar y controlar la propagación de la enfermedad en las comunidades indígenas amazónicas, las medidas de aislamiento han dejado al descubierto otras amenazas históricas. Las actividades ilegales como la deforestación, las actividades extractivas, la persecución y la criminalización de los líderes y defensores indígenas aumentaron dramáticamente durante la crisis del COVID-19, aumentando la vulnerabilidad de las comunidades indígenas a los efectos de la pandemia.
A youth from the Sateré Mawé indigenous ethnic group sits in a hammock in the Gaviao community near Manaus, Brazil, May 29, 2020.
A youth from the Sateré Mawé indigenous ethnic group sits in a hammock in the Gaviao community near Manaus, Brazil, May 29, 2020.
¿Qué se debe hacer para garantizar que las comunidades indígenas estén protegidas de amenazas para la salud similares en el futuro?
La OPS / OMS recomienda que los estados miembros de la ONU aborden los factores de riesgo específicos y las vulnerabilidades entre los pueblos indígenas en el contexto de la pandemia de COVID-19, y aseguren la participación activa de estas comunidades en la planificación e implementación de las medidas de respuesta, que deben ser específicas a las comunidades y culturalmente apropiadas:
1. Acciones para asegurar una atención médica continua en las comunidades
Contratación de personal de salud para apoyar la vigilancia epidemiológica.
Adquisición de suministros de protección personal para centros de salud (también bolsas para cadáveres) y artículos de tocador y protección personal para los pueblos indígenas.
Fortalecer la comunicación de riesgos con enfoque étnico y adquisición de insumos para el muestreo para el Ministerio de Salud (incluido EPP, equipo de protección personal).
Capacitación del personal de salud local y apoyo con suministros también para el centro penitenciario y el hogar para ancianos y unidades de salud móviles para atención extracomunitaria, principalmente NPC [clínicos no médicos], vacunación, manejo de enfermedades crónicas (rutas de atención, dadas las dificultades en el seguro)
2. Establecer un sistema de vigilancia epidemiológica participativa en las comunidades consideradas prioritarias
Adquisición de equipos y accesorios de radio para conectar a las comunidades a la red de secretarías de salud y facilitar los procesos de derivación de pacientes.
Fortalecer la vigilancia comunitaria y las capacidades de los centros y puestos de salud.
3. Acciones de apoyo al rol administrativo y logístico de la secretaria de salud
Soporte técnico a la secretaria de salud para la coordinación y seguimiento de planes de contingencia, así como gestión de donaciones.
Gestión de la información sanitaria local.
Se necesitan diferentes estrategias para las poblaciones en áreas urbanas, las que residen en aldeas, las poblaciones indígenas migrantes o las poblaciones indígenas en aislamiento voluntario, considerando las diferencias de vulnerabilidad y exposición, y que no todas las comunidades indígenas se verán afectadas por COVID-19 de la misma manera.
La salud indígena es una prioridad para la OPS, que brinda cooperación técnica a estas poblaciones a través de una variedad de iniciativas. Sin embargo, la dificultad histórica para acceder a la atención médica de las poblaciones amazónicas, combinada con la emergencia sanitaria actual, requiere una respuesta concertada y coordinada entre los estados, las organizaciones indígenas, las agencias de las Naciones Unidas y otros socios de cooperación internacional para reducir el impacto de la enfermedad en las vidas de estas comunidades.
Esta entrevista ha sido ligeramente editada para mayor claridad.