Cinco millones de niños, en 40 países en crisis, es el número de infantes que en los últimos cinco años han logrado acceder a recursos educativos, gracias al fondo mundial de las Naciones Unidas para la educación en situaciones de emergencia: La Educación No Puede Esperar (Education Cannot Wait por sus siglas en inglés).

Esta semana, ECW -un socio a largo plazo de Global Citizen- publicó un nuevo estudio que revela que ahora hay 222 millones de niños en edad escolar que viven en países afectados por situaciones de emergencia y crisis prolongadas que necesitan urgentemente apoyo educativo, frente a los 75 millones que había en 2016.

La campaña mundial de ECW #222MillionDreams, hace un llamado para que se tomen medidas urgentes y se reúna el apoyo de donantes para hacer frente a la crisis mundial de la educación y ayuden a 222 millones de niños en edad escolar, afectados por diversas crisis en todo el mundo, a poder seguir aprendiendo en entornos seguros con una educación de calidad.

Para conocer más sobre esta campaña urgente y el trabajo que ECW realiza para ofrecer educación a los niños afectados por conflictos, desplazamientos y desastres climáticos, Global Citizen habló con su directora, Yasmine Sherif, para saber cómo Global Citizen y ECW están trabajando juntos para ayudar a los niños que están en riesgo.

Sherif ha estado en el escenario de muchos festivales de Global Citizen y ha trabajado en primera línea por la educación en algunas de las zonas más afectadas del planeta por diversos tipos crisis, como Afganistán y Medio Oriente, los Balcanes, Camboya, la República Democrática del Congo y Sudán.

Tras comenzar su carrera en la ONU, en Ginebra y Afganistán en 1989, Sherif participó en una misión de mantenimiento de la paz en Camboya que ayudó a descubrir prisiones no reveladas en la provincia de Battambang. En la actualidad dirige equipos en Nueva York y Ginebra, desde donde sigue llevando a cabo misiones periódicas en países afectados por conflictos armados, desplazamientos forzados, desastres provocados por el cambio climático y otros tipos de crisis.

En los últimos 10 años, los Global Citizens han llevado a cabo millones de acciones para ayudar a los niños que necesitan educación  — incluyendo ayuda para el lanzamiento de ECW, en mayo de 2016, el primer fondo global de este tipo dedicado completamente a garantizar la educación en situaciones de emergencia, tras 525,000 acciones dedicadas a pedir a 75 naciones su apoyo para proteger a los niños que viven en países en conflicto.

Esas acciones han tenido un impacto increíble a lo largo de los años, por ejemplo más de 6 millones de niños ya se han beneficiado de las contribuciones de ECW anunciadas en Global Goal: Unite for Our Future, una campaña y evento celebrado en junio de 2020.

Puedes obtener más información sobre la campaña "222 Million Dreams" de ECW, y puedes unirte a nosotros para actuar y ayudar a todos los niños del mundo a acceder a la educación, así como a otras acciones en la misión de acabar con la pobreza extrema y sus causas sistémicas.

Global Citizen: ¿Qué aspectos clave deben conocer los Global Citizens del nuevo estudio de ECW?

Yasmine Sherif: El estudio revela que el número de niños en edad escolar afectados por diversos tipos de crisis que necesitan apoyo educativo ha aumentado de unos 75 millones en 2016 a 222 millones en la actualidad.

Esto es inaceptable.

De los 222 millones de niños y adolescentes afectados por diversas crisis en sus países que necesitan apoyo urgente, 78.2 millones están sin escolarizar y cerca de 120 millones asisten a la escuela, pero no alcanzan el nivel mínimo de competencia en matemáticas o lectura, indica el estudio. De hecho, sólo uno de cada 10 niños afectados que asisten a la educación primaria o secundaria alcanza estos niveles de competencia.

Estas nuevas y alarmantes cifras se dan a conocer en el contexto de un reciente estudio apoyado por la ECW que muestra que la respuesta a la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas sigue estando crónicamente infrafinanciada y que el déficit de financiamiento parece haber empeorado aún más desde la pandemia del COVID-19.

Para responder a esta acuciante crisis educativa mundial, ECW y sus socios estratégicos lanzaron la campaña de movilización de recursos #222MillionDreams, la cual hace un llamado a donantes, sector privado, fundaciones filantrópicas y personas con un alto poder adquisitivo para que movilicen urgentemente más recursos con el fin de aumentar las inversiones de ECW, que ya están proporcionando una educación de calidad a más de 5 millones de niños, en más de 40 países afectados por crisis de diferentes tipos.

Con Suiza como coanfitrión y con Alemania, Noruega, Níger y Sudán del Sur como co organizadores, también me complace anunciar que la Conferencia de Financiamiento de Alto Nivel de la ECW tendrá lugar los días 16 y 17 de febrero de 2023, en Ginebra. Esta es una oportunidad para que los donantes realicen contribuciones sustanciales, sostenibles y flexibles a la ECW.

Como dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, el pasado 21 de junio: "necesitamos que gobiernos, empresas, fundaciones y particulares apoyen la labor vital de Education Cannot Wait. Y necesitamos sus ideas e innovaciones de cara a la Cumbre para la Transformación de la Educación de septiembre. Ayúdennos a poner la educación al alcance de todos los niños, en todo el mundo. A mantener vivos 222 millones de sueños".

¿Puede destacar una o dos iniciativas que haya tomado ECW para abordar la crisis educativa que sufren millones de niños en todo el mundo?

Mientras el mundo lucha contra los efectos devastadores de los conflictos armados, el COVID-19 y el cambio climático, 222 millones de niños y adolescentes viven estas experiencias, todos y cada uno de ellos con el sueño de convertirse en alguien que no sea una víctima.

Education Cannot Wait se creó con el compromiso de no defraudarlos. Es nuestro deber empoderarlos a través de la educación y hacer que sus sueños se hagan realidad.

Hasta la fecha, el 95% de los programas apoyados de ECW han mejorado la paridad de género en el acceso a la educación. En lugares como Uganda, que acoge al mayor número de refugiados de África, nuestro apoyo a programas educativos holísticos plurianuales aumentó significativamente la tasa de escolarización de los niños refugiados.

Con nuestro apoyo, países como Colombia y Ecuador, afectados por la crisis regional de Venezuela, han adoptado políticas educativas más inclusivas que permiten el acceso de los niños venezolanos a la educación pública.

En Afganistán, nuestro apoyo a la formación y contratación de maestras y a la mejora de la educación comunitaria favoreció el acceso de las niñas a la educación en zonas remotas y de difícil acceso. En Bangladesh, donde se encuentra el mayor campo de refugiados del mundo, apoyamos centros de aprendizaje para los niños rohingya y la formación de profesores que incluyen elementos críticos como el apoyo psicosocial y las políticas de salvaguarda de la infancia.

Junto con nuestros socios, ya hemos cambiado positivamente la vida de más de 5 millones de niños y adolescentes en crisis, gracias al poder de la educación: Ali en Etiopía, Rafat en Siria, Achol en Sudán del Sur, y tantos otros cuyos sueños se están haciendo realidad. No descansaremos hasta que cada uno de sus 222 millones de sueños pueda hacerse realidad.

¿De qué manera le inspira lo que hace y el trabajo de Education Cannot Wait cada día?

Mi inspiración proviene de las historias de esperanza y resistencia de los niños y sus familias que conozco cada vez que viajo a los países en los que Education Cannot Wait está apoyando programas de educación. Las niñas y los niños cuyas vidas se ven afectadas por los horrores de los conflictos armados, los desplazamientos forzados, los desastres provocados por el cambio climático y las crisis prolongadas son increíblemente fuertes.

El trabajo que realizamos junto con nuestros socios para liberar el potencial de estos niños a través del poder de la educación es realmente alentador.

Esto significa que niñas refugiadas como Roho, en Etiopía, están poniéndose al día en las clases a través de programas de aprendizaje acelerado. Significa que niñas valientes como Sadiya están superando sus discapacidades físicas y accediendo a oportunidades educativas de calidad en Nigeria, y tantas otras innumerables historias inspiradoras de coraje, fuerza e increíble resiliencia.

En todo lo que hacemos, debemos dar prioridad a estos niños. Es nuestra inversión en derechos humanos, en un mundo más igualitario y en un futuro mejor para todos.

En sólo cinco años, con el apoyo de nuestros donantes y socios estratégicos, las inversiones de ECW ya han llegado a cerca de 5 millones de niños en más de 40 países afectados por  crisis. Hemos movilizado más de 1,000 millones de dólares, con otros 1,000 millones de dólares de financiamiento destinados a nuestros programas nacionales. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para cumplir con el derecho a la educación de cada uno de los niños afectados por las diversas crisis en sus países, y para ello necesitamos movilizar urgentemente recursos adicionales significativos.

¿Cómo describiría la misión principal de ECW y cómo ha cambiado en los años posteriores a la pandemia del COVID-19?

ECW es el fondo mundial de las Naciones Unidas para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas. Apoyamos y protegemos los resultados del aprendizaje integral de los niños y niñas refugiados, desplazados internos y otros afectados por las crisis, para que nadie se quede atrás.

ECW trabaja para generar un mayor compromiso político, operativo y financiero compartido para satisfacer las necesidades educativas de millones de niños y jóvenes afectados por las crisis, centrándose en una respuesta más ágil, conectada y rápida que abarque el continuo humanitario-desarrollo para sentar las bases de sistemas educativos sostenibles.

Para los niños a los que servimos, la pandemia del COVID-19 llegó como una "crisis sobre una crisis" que exacerbó las vulnerabilidades preexistentes y los empujó aún más a los márgenes. Para la mayoría de los niños afectados por las crisis y el cierre de escuelas a causa del COVID-19, las soluciones de aprendizaje digital no eran una opción debido a la falta de acceso a la tecnología y la conectividad.

Según las Naciones Unidas, la pandemia ha anulado 20 años de avances en la educación y ha hecho descarrilar nuestro progreso en la consecución de los Objetivos Mundiales de la ONU. Otros 101 millones de niños de los grados 1 al 8 quedaron por debajo de los niveles mínimos de competencia lectora como resultado de esta devastadora pandemia.

Y sabemos que estas pérdidas de aprendizaje son más pronunciadas entre los más pobres y entre los que ya estaban rezagados en términos de aprendizaje antes de la pandemia; dos categorías que suelen incluir a los niños en crisis. A pesar de estos retos, junto con nuestros socios, demostramos la rapidez y eficacia de nuestra ventana de financiamiento de emergencia ante una crisis de tal magnitud.

A través de esta modalidad -diseñada para apoyar intervenciones inmediatas para salvar y mantener en vida la educación en situaciones de emergencia- llegamos a cerca de 30 millones de los niños y adolescentes, los más vulnerables del mundo, incluyendo 10 millones con oportunidades de aprendizaje continuo.

La pandemia fue también una oportunidad para aprovechar las lecciones aprendidas y los enfoques desarrollados en otros contextos de crisis, como en Burkina Faso, donde las soluciones de aprendizaje a distancia a través de la radio y la televisión desarrolladas para llegar a los niños desarraigados por la violencia se ampliaron para responder a la pandemia.

Ucrania, Yemen y tantas otras emergencias humanitarias en todo el mundo perturban la educación de millones de niños cada día. ¿Qué hace que una organización como ECW sea tan crucial?

Con los conflictos que asolan el mundo y que duran más que antes, el número récord de refugiados y desplazados internos, el efecto agravante de la crisis climática y la pandemia del COVID-19, el número de niñas y niños en crisis que necesitan apoyo educativo está aumentando rápidamente.

Los ataques contra la educación también van en aumento. Según el reciente informe "Education Under Attack 2022": "Los ataques a la educación y el uso militar de las escuelas aumentaron de 2019 a 2020 en un tercio".

Se ha agravado aún más con la guerra en Ucrania, donde más de 1,800 instituciones educativas han sido dañadas y 170 completamente destruidas. Sabemos que 84% de los niños no escolarizados afectados por la crisis viven en zonas con crisis prolongadas.

La gran mayoría de ellos se encuentra en 10 países solamente: Afganistán, República Democrática del Congo, Etiopía, Malí, Nigeria, Pakistán, Somalia, Sudán del Sur y Yemen. Con nuestros socios donantes estratégicos, ECW está apoyando programas de resiliencia plurianuales en más de 40 países afectados por crisis, conflictos, desastres inducidos por el clima y otras emergencias interrelacionadas, incluidos estos 10 puntos críticos.

Nuestras inversiones se dirigen específicamente a los niños más vulnerables, como las niñas, los refugiados y los desplazados internos, y los niños con discapacidades, que de otro modo correrían el riesgo de quedarse en la orilla.

Sin el apoyo crucial de ECW y de nuestros socios, lo cierto es que los sistemas educativos en los contextos en los que viven estas niñas y niños carecen de la capacidad para satisfacer sus necesidades y cumplir con su derecho a una educación segura, inclusiva, equitativa y de calidad.



*Esta entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad, Education Cannot Wait es un socio y donante de Global Citizen. Para saber más sobre la importante labor que realizan, sigue a @EduCannotWait en Twitter y TikTok y visita su sitio web.

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Por Camille May