La comida y el cambio climático están vinculados de maneras complicadas. La industria alimentaria mundial requiere una enorme cantidad de energía para cultivar, transportar, almacenar, preparar y servir alimentos. Esto genera muchos gases de efecto invernadero y, en el proceso, los suelos, los ríos, los océanos y bosques, a menudo se degradan y destruyen.
El cambio climático, por su parte, crea sus propios círculos viciosos de actividad: los países ambientalmente vulnerables son a menudo los más perjudicados en materia de inseguridad alimentaria. A medida que el cambio climático aumenta, su potencial agrícola a menudo disminuye. Sin embargo, estos países necesitan alimentos y, posteriormente, su dependencia de complicados procesos de logística aumenta. Mejorar su adaptabilidad y capacidad de recuperación es una parte fundamental de cualquier debate mundial sobre alimentos.
Pero no todos los alimentos se crean, transportan, almacenan, preparan y sirven por igual. Algunos alimentos tienen un gran impacto en el medioambiente y otros no. Muchos factores influyen en el impacto ecológico y, si se los analiza de manera integral, es posible desarrollar una dieta que sea más ecológica.
La carne tiene el mayor impacto ambiental de todos los tipos de alimentos, especialmente la carne de res. Pero, hay algunos beneficios ambientales pasados por alto para criar ganado si se aplican de manera limitada. Los desechos de ganado pueden usarse como fertilizantes que pueden ayudar a cultivar y a reducir la necesidad de fertilizantes químicos. La mayoría de la alimentación del ganado se compone de productos de desecho, por lo que el consumo de este tipo de carnes puede generar calorías extra para el consumo humano que de otro modo no existirían.
Por eso siempre es importante la moderación. Comer carne diariamente no puede ser sostenible.
Casi todos los alimentos vienen con advertencias de algún tipo, pero hay opciones claras que harán que tu dieta sea más ecológica.
Estos son algunos de los mejores alimentos para agregar a tu dieta.
Lentejas
Las lentejas son humildes superalimentos. Viven en la familia de las leguminosas (semillas de plantas) y son excelentes fuentes de fibra, proteínas y diversos nutrientes.
Tienen una huella de carbono muy baja, 43 veces menos que la carne de vaca, por ejemplo, y requieren poca agua para crecer. También limpian y fortifican el suelo para facilitar el crecimiento de otros cultivos.
Y son extremadamente baratas.
Frijoles
Los frijoles también son parte de la familia de las leguminosas y vienen en muchos colores y tamaños: frijoles rojos, frijoles negros, frijoles pintos y más.
Los frijoles tienen una huella hídrica y de carbono notablemente baja y están llenos de fibra, proteínas y nutrientes.
Van bien en sopas o en ensaladas frías, pero se destacan cuando se combinan con arroz. El arroz y los frijoles pueden ser la mejor base para una comida: sabrosa, sostenible y nutritiva.
Higos
Los higos son en realidad flores y son algunas de las plantas más resistentes de la Tierra. Hay más de 750 higos en todo el planeta y muchos de ellos actúan como linternas en los ecosistemas: sus hábitos de crecimiento durante todo el año proporcionan una fuente fundamental de alimento para innumerables animales.
También son súper nutritivos y se pueden comer de muchas maneras.
Mejillones
Muchos mejillones se cosechan en largas cuerdas colectoras suspendidas en los océanos. Mientras crecen a lo largo de las cuerdas, comen alimentos que se desarrollan naturalmente en el agua. En el proceso, filtran y limpian el agua y extraen el carbono para armar sus conchas. Acumulativamente, tienen poco impacto ambiental.
Los mejillones también son una excelente fuente de proteína animal, ¡y son deliciosos!
Pescado local de temporada
El mayor problema que enfrentan los suministros de pescado del mundo no es el cambio climático. Es la sobrepesca. Si bien la sobrepesca es un problema en todo el mundo, es más apremiante cerca de los países en los que la regulación es débil. Muchos peces también se reproducen durante largos períodos. El ritmo implacable de la pesca moderna nunca les da la oportunidad de recuperar sus poblaciones, por lo que cada año sus números se reducen cada vez más a niveles peligrosos.
Pero la pesca sostenible es eminentemente posible, y se está haciendo en todo el mundo.
Si deseas respaldar pescaderías sanas que puedan mantener la armonía en los océanos, compra a vendedores que puedan describir claramente los orígenes de los peces. Y si es posible, compra pescado directamente de las personas que lo capturaron, ya sea en los mercados de agricultores o en los mercados de pescado. Y asegúrate de comprar pescado cuando esté en temporada.
Hortalizas y frutas locales orgánicas
El movimiento "orgánico" a veces es criticado porque, paradójicamente, aumenta el impacto ambiental. Lamentablemente, a medida que los animales tienen más espacio para moverse, su impacto ambiental aumenta (por supuesto, esto solo significa que debes comer menos carne). Y los cultivos que se cultivan lejos de su destino, aunque se cultiven de manera sostenible, acumulan una huella ecológica más grande cuando viajan.
Sin embargo, las verduras y frutas orgánicas casi siempre son beneficiosas para el medio ambiente. Los cultivos orgánicos ayudan a mantener el suelo y agua saludables, y a limpiar el aire. Además, al usar menos químicos para crecer, también son mejores para ti.
Sin embargo, debes comer frutas y verduras cuando están en temporada, para evitar apoyar cadenas de suministro intensivas en carbono.
Si puedes unirte a un jardín comunitario, esa es tu mejor opción.
Algunas de las frutas y verduras más ecológicas incluyen brócoli, cebollas, papas, naranjas y manzanas.
Tés y Cafés de Comercio Justo
El café es el segundo producto más comercializado en el mundo, y el té es la bebida más consumida después del agua.
A menudo, sin embargo, el café y el té se cultivan de maneras poco sustentables y éticas. El uso de plaguicidas y la deforestación son desenfrenados, los trabajadores de plantaciones de café y té son explotados, y las cadenas de suministro queman gran cantidad de petróleo. A pesar del contexto sombrío, muchas marcas están trabajando para mejorar las condiciones.