En estos días, el teléfono de Tahira Bano no deja de sonar. En un día cualquiera, la superintendente de vacunación del Distrito Este de Karachi, en Pakistán, recibe alrededor de 200 llamadas por día, ya que las personas se ponen en contacto para preguntar por las vacunas contra el COVID-19.
Bano, quien antes trabajaba en inmunizaciones de rutina en el distrito, ahora centra su atención en manejar la situación del coronavirus en la provincia.
Desde que su número de teléfono móvil aparece en el sitio web del ministerio de salud como contacto principal en el Distrito Este de Karachi, este suele ser el punto de contacto cuando las personas quieren preguntar sobre la elegibilidad de la vacuna.
Responder a las consultas puede ser abrumador, reconoció, especialmente porque no es su principal responsabilidad, ya que supervisa la vacunación en todo el distrito, incluido un equipo de 173 vacunadores.
“Solo quiero ayudar a todos. Sé que esto no es posible... pero realmente quiero hacerlo”, le dijo a Global Citizen. "Este es un momento muy difícil para las personas que padecen COVID-19".
Desde febrero de 2020, cuando Pakistán detectó su primer caso positivo de COVID-19, Bano ha trabajado sin descanso para administrar muestras de virus, coordinar los resultados de laboratorio, supervisar el seguimiento de contratos y actualizar el tablero del gobierno con datos.
Bano también gestionó la logística para conseguir y distribuir equipo de protección personal como batas, mascarillas y desinfectantes para los centros de salud de todo el distrito.
Tahira Bano poses for a portrait in Karachi, Pakistan on June 5, 2021.
Tahira Bano poses for a portrait in Karachi, Pakistan on June 5, 2021.
Desde febrero de 2021, cuando el distrito comenzó a vacunar personas contra el COVID-19, Bano se ha encargado de llevar el proceso, supervisando seis centros de vacunación, incluido uno que opera 24/7, lo cual ella considera conveniente.
“Algunas personas salen [a comer] muy tarde, a las 2:00 o 3:00 am, y si están afuera, dicen: 'Vamos a que nos vacunen'. Así que tienen la opción de visitar el sitio las 24 horas del día, los 7 días de la semana”, explicó.
Durante el día, Bano se asegura de que la vacunación en todos los centros transcurra sin problemas y de acuerdo con el protocolo. Por las noches, recopila datos sobre la vacunación del día y los comparte con sus supervisores.
Bano, quien dice dormir cinco horas cada noche cuando mucho, ha trabajado los siete días de la semana durante más de un año. Recuerda haber pasado días festivos, como Eid y el Día de la Independencia de Pakistán, en su oficina.
"No tengo tiempo para mí. No puedo ir al mercado. Todo el tiempo que tengo lo dedico a los servicios de vacunación”, comentó.
Pero a pesar de las largas jornadas, su actitud permanece positiva.
“No lo veo como una carga. Cuando voy [a mi trabajo], lo hago con total compromiso y dedicación”, aseguró. "Solo quiero poner a mi país en alto... Quiero cambiar todas estas [percepciones negativas de Pakistán] y quiero hacer lo que me toca".
Pakistán, que actualmente ofrece a sus ciudadanos las vacunas Sinopharm y CanSino, primero vacunó a los trabajadores de la salud del país, seguidos por las personas mayores de 70 años. Actualmente, los mayores de 50 años son elegibles para vacunarse. Puntos de vacunación móviles también están disponibles para quienes no pueden llegar a los centros por sí mismos y tienen una gran demanda, añadió Bano.
Bano, quien ya fue completamente vacunada contra el COVID-19, estaba eufórica cuando le tocó su turno.
"Obviamente, me sentí muy feliz de que en nuestro país contemos con instalaciones para combatir esta pandemia", celebró, y agregó que la vacunación es "la única manera" de controlar el coronavirus.
Bano explicó que poder vacunarse primero ayudó a tranquilizar a las personas de que la vacuna contra el COVID-19 es segura.
"La gente estaba muy asustada por la vacuna", dijo. “Primero recibí mi dosis y luego guie a mi equipo: ‘Mira, no hay nada [de qué preocuparse], toma tu dosis’".
Cuando el equipo de Bano de 173 vacunadores en toda la provincia recibió sus vacunas, ella asegura que causó un efecto dominó que resultó en que más personas a nivel comunitario confiaran en la seguridad de la vacuna y estuvieran dispuestas a recibirla ellos mismos.
En el Distrito Este de Karachi, en promedio, se vacuna a casi 3.000 personas al día.
De hecho, Bano compartió que las vacunas COVID-19 han sido tan bien recibidas en Pakistán que tiene que calmar a aquellos que aún no son elegibles para esperar pacientemente su turno, y que los jóvenes en particular la han estado llamando para preguntar si pueden recibir su dosis.
Bano, quien ha trabajado como superintendente de vacunación del Distrito Este de Karachi desde 2018, es la única mujer que ocupa este cargo en el distrito y ha asumido los desafíos.
Tahira Bano, pictured at her office in Karachi, Pakistan on June 5, 2021, has been working as the district superintendent of vaccination in Karachi East since 2018 and is the only woman to hold this role in the district.
Tahira Bano, pictured at her office in Karachi, Pakistan on June 5, 2021, has been working as the district superintendent of vaccination in Karachi East since 2018 and is the only woman to hold this role in the district.
Mientras trabaja en la vacunación de rutina, Bano se traslada en transporte público y a menudo considera su seguridad cuando viaja a algunas áreas del distrito. Además, ha enfrentado abusos verbales de personas que se oponen a las vacunas.
“Tenemos personas que... fácilmente pierden la calma y comienzan a gritar”, pues se oponen a que sus hijos reciban vacunas. “Me enfrento a estos problemas cuando estoy en los autobuses, en los centros [de vacunación] y cuando estoy en el campo. Tengo que escuchar sus gritos: ‘¿Qué estás haciendo? No eres buena. Tú vacunas a nuestros niños’".
En estos casos, dice Bano, los escucha y trata de explicarles la importancia de las vacunas. A veces, tiene éxito, sobre todo cuando habla con otras mujeres quienes, según dijo, le abren voluntariamente sus hogares para hablar sobre la vacunación de sus hijos.
“Las mujeres confían en mí y puedo orientarlas más que los hombres. Muchos padres, muchas madres, que [se oponen a las vacunas para sus hijos] se convencen”, señaló.
Siguiendo al A-Team es una serie de contenidos que describe a las mujeres que trabajan en campo para combatir al COVID-19 a través del ACT-Accelerator.
Lanzado en abril por siete socios globales, ACT-Accelerator es una coalición única enfocada a acelerar los esfuerzos globales contra la pandemia de COVID-19. Sus miembros trabajan juntos para desarrollar pruebas, tratamientos y vacunas lo más rápido posible, y la vez fortalecer a los sistemas de salud más frágiles del mundo.
La organización necesita desesperadamente el apoyo financiero de los gobiernos de todo el mundo. Puedes sumarte para exigir a los líderes mundiales que financien el ACT-Accelerator actuando aquí.
Aclaración: esta serie fue posible gracias al financiamiento de la Fundación Bill y Melinda Gates. Cada pieza fue producida con total independencia editorial.