Seremos francos: el resultado de la Cumbre del G7 de esta semana fue decepcionante.

Teníamos muchas esperanzas puestas en este encuentro. Nosotros, junto con otros activistas, defensores y Global Citizens de todo el mundo trabajamos durante meses para esta reunión de los líderes del G7. Puede que el Grupo de los 7 represente sólo al 10% de la población mundial, pero el poder que tiene este pequeño grupo para realizar cambios significativos y urgentes afecta a todos, en todas partes.

Nos presentamos desde el principio y ustedes se nos sumaron por miles enviando tuits, correos electrónicos, firmando peticiones, grabando vídeos y mucho más para asegurar que las cuestiones más importantes del mundo ocuparan un lugar destacado en el orden del día de la cumbre y que se trataran con la urgencia y dedicación que merecen. Estos temas incluyen el cambio climático, la creciente crisis del hambre en el mundo, la cooperación oficial para el desarrollo para ayudar a aliviar los impactos de la pobreza en los países de bajos ingresos, y la lucha contra la desigualdad de género en el mundo.

La pelota estuvo en su campo. Así es.

Salieron a la cancha en los Alpes bávaros; prometieron un buen partido y nosotros observamos pacientemente. Tomaron el balón y nos emocionamos esperando que el partido saliera bien. Lanzaron el tiro y nosotros contuvimos la respiración colectivamente... entonces fallaron.

Así es. El G7 perdió su oportunidad de utilizar su poder colectivo en esta cumbre para marcar una diferencia significativa cuando más importa. Uno de los eventos políticos más importantes de este año no logró tomar nuevas medidas para acabar con la pobreza extrema y abordar los problemas más urgentes del mundo.

Fue como esperar a que nuestro artista favorito lanzara el nuevo álbum que hemos estado esperando durante años y en su lugar ver cómo reeditaba una colección de sus viejos éxitos. Gran parte del debate sobre la acción climática, por ejemplo, fue como ver la reposición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima COP26 del año pasado, en lugar de presentar las nuevas acciones generalizadas y significativas que necesitamos para hacer frente a la crisis climática.

Repasemos la cumbre. A continuación, un resumen de lo que pedimos a los líderes del G7, de lo que realmente ofrecieron y de lo que sucederá a continuación.

Movilizar fondos para acabar con la pobreza extrema

Lo que pedimos:

No es ninguna novedad que exigimos poner fin a la pobreza extrema y este fue uno de nuestros mayores llamados en la cumbre de este año, sobre todo porque los líderes del G7 siguen haciendo la misma promesa una y otra vez a pesar de no mover un dedo para cumplirla.

Se hizo el llamado a intensificar este compromiso, ya antiguo, de destinar al menos el 0,7% de la renta nacional bruta (RNB) de sus respectivos países a la cooperación para el desarrollo y a la ayuda humanitaria para apoyar a los más vulnerables del mundo.

También solicitamos a los líderes garantizar que el financiamiento de la ayuda (por ejemplo, para apoyar a los refugiados en todo el mundo) no se retire de una crisis y simplemente se entregue a otra. Por ejemplo, la forma en que el Reino Unido desvió el financiamiento de ayuda de Yemen y otras emergencias existentes para apoyar a Ucrania.

Lo que realmente ocurrió:

Nada. No es broma. No se dijo nada sobre el compromiso del 0,7% de la RNB del G7 en la cumbre de este año. Mientras tanto, el cumplimiento de ese compromiso se sitúa en una media del 0,32% para los países del G7 y los líderes mundiales más ricos todavía tienen un largo camino que recorrer para alcanzar un objetivo fijado hace décadas. 

El país anfitrión de este año, Alemania, es un gran promotor de la cooperación para el desarrollo, superando incluso el objetivo del 0,7%. Por ello claramente esperábamos mucho más sobre este tema en la cumbre y que el gobierno alemán diera ejemplo y llamara a los demás países del G7 a dar un paso al frente. Esto no sucedió y fue una gran oportunidad desperdiciada por el Canciller Olaf Scholz.

Sin embargo, el G7 reafirmó su compromiso de alcanzar los Objetivos Globales y continuar el trabajo para acabar con la pobreza extrema, aunque ni siquiera incluyó cómo podría ser un plan de financiamiento para lograr ese objetivo. 

Aunque a primera vista parece impresionante, no lo es en absoluto, ya que este financiamiento ya fue anunciado el año pasado (300,000 millones de dólares de la Unión Europea) o aún no está asegurado (200,000 millones de dólares de Estados Unidos), e incluye financiamiento privado. Tampoco está claro en qué medida beneficiará realmente a los más pobres. 

En general fue un resultado decepcionante, con un desprecio absoluto por el empeoramiento de los niveles de pobreza a los que se enfrenta el mundo a pesar de que el G7 tiene mucho poder para cambiar la situación. 

Abordar la crisis del hambre y garantizar la seguridad alimentaria y nutricional en todo el mundo

Lo que pedimos:

La crisis alimentaria mundial ya estaba en situación extrema (hasta 811 millones de personas se acuestan con hambre cada noche) y este año vimos cómo se agravó a un ritmo acelerado en gran parte debido a la guerra en curso en Ucrania y a los impactos del cambio climático. De hecho se prevé que a finales de este año más de 320 millones de personas podrían padecer hambre aguda, una cifra cercana a la población de todo Estados Unidos. 

Exigimos al G7 que detenga inmediatamente la crisis alimentaria que se avecina y garantice una buena alimentación para todos respaldando la ayuda alimentaria de emergencia para salvar vidas, abriendo las reservas de alimentos para estabilizar los suministros y apoyando a los pequeños agricultores para la próxima temporada de siembra, solicitando varios miles de millones de dólares para ello. 

Lo que realmente ocurrió:

La seguridad alimentaria y la nutrición fueron de los temas principales de la cumbre de este año. La Cumbre de Líderes fue precedida por la Conferencia Ministerial "Unidos por la Seguridad Alimentaria Mundial" que creó grandes expectativas para la cumbre venidera (aunque la cumbre no cumplió finalmente con esas grandes expectativas). Los líderes del G7 se comprendieron la necesidad de acabar con la crisis alimentaria mundial, con la promesa de nuevos financiamientos para combatirla y comprometiéndose a mantener los mercados abiertos. También reconocieron la importancia de garantizar la resiliencia y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas y alimentarios a largo plazo.  

Los Estados Unidos dieron un paso adelante con 4,500 millones de dólares adicionales para la seguridad alimentaria mundial. Aunque se trata de un paso en la dirección correcta, aparte de un desglose de la contribución de Estados Unidos la declaración del G7 carece de detalles sobre el resto de los recursos, si son realmente adicionales, y no proporciona una hoja de ruta para hacer realidad los otros miles de millones necesarios para abordar eficazmente la crisis alimentaria, crear resiliencia y proteger a los pequeños agricultores. También necesitamos una acción decisiva sobre el clima ya que ambas crisis están estrechamente relacionadas. 

Detener la crisis climática

Lo que pedimos:

Casi nos cansamos de decirlo, pero las naciones de bajos ingresos que menos contribuyen a la crisis climática ya están sufriendo lo peor de ella. Lo lógico es que los países ricos den un paso al frente y asuman la responsabilidad de la crisis que han provocado en mayor medida. 

Por eso pedimos al G7 movilizar los 100,000 millones de dólares anuales que prometieron en 2009 para 2020 (y que aún no han cumplido) para ayudar a los países más pobres a hacer frente al cambio climático. Todavía faltan entre 10,000 y 15,000 millones de dólares al año.

También llamamos a los mayores contribuyentes a la crisis climática a dar un paso al frente y prestar apoyo por las pérdidas y daños que ya se han producido, así como a tomar acción urgente para abandonar los combustibles fósiles e incrementar las energías renovables.

Más de 40 países acordaron eliminar progresivamente el uso de la energía procedente del carbón, la fuente de combustible más sucia, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26, celebrada en noviembre del año pasado. Pero algunos, incluido el Reino Unido, van en la dirección equivocada, con la preocupación real de que esta cumbre suponga un retroceso de ese acuerdo anterior. Llamamos al G7 a mantener este año el compromiso de eliminar el carbón y fijar un plazo firme para ello: no más allá de 2030.

Lo que realmente ocurrió:

Esta cumbre habría sido un momento oportuno para que el G7 estableciera medidas esenciales para definir cómo piensan trabajar para lograr un futuro neutro en carbono. Esto es también lo que prometieron, un "impulso crucial para la acción climática internacional".

En cambio, se dedicó mucha energía a discutir los compromisos ya asumidos y a evitar un posible retroceso. Al final el G7 se comprometió a no financiar más los combustibles fósiles en el extranjero este año, en línea con la COP del año pasado, pero también reiteraron que podrían hacer uso de exenciones, especialmente para invertir en gas como medida "temporal".

Esto no tiene sentido desde el punto de vista económico ni ayuda a la lucha contra el cambio climático, y envía señales contradictorias al resto del mundo donde habríamos esperado un liderazgo claro e inequívoco.

No fijaron un plazo para dejar de utilizar carbón ni avanzaron en el cumplimiento de su compromiso de 100,000 millones de dólares a pesar de que prometieron vagamente cumplirlo el año que viene, lo que supondría un retraso de tres años. El G7 reconoció por primera vez que es necesario apoyar las pérdidas y los daños ya existentes, pero tampoco asumió ningún compromiso. Los más pobres que ya sufren el cambio climático no pueden detener la crisis y otro año de espera es simplemente inaceptable.

Aunque la neutralidad climática fue una palabra de moda utilizada varias veces en la cumbre de este año, no se han puesto en marcha medidas concretas para hacerla realidad.

Empoderar a adolescentes y mujeres e invertir en la economía del cuidado

Lo que pedimos:

No podemos acabar con la pobreza extrema para todos, en todas partes, si no empoderamos a las mujeres y a las niñas. La desigualdad de género sigue agravando el impacto de la pobreza mientras que el empoderamiento de las mujeres y las niñas ayudaría activamente a combatir no sólo la miseria, sino muchas de sus causas estructurales. Por eso llamamos a los líderes del G7 a dar prioridad al empoderamiento de las mujeres y las niñas en todo el mundo, y a brindar el financiamiento y la inversión necesarios, especialmente para mejorar la economía del cuidado, e invertir en el Fondo de Incentivos para el Cuidado de la Niñez del Banco Mundial.

Lo que realmente ocurrió:

Aunque la igualdad de género está actualmente amenazada en todo el mundo, sobre todo con la anulación del caso Roe vs. Wade en Estados Unidos justo antes del comienzo de la cumbre, la igualdad de género no recibió la suficiente atención.

Hubo algunos aspectos positivos como la cuestión del trabajo de cuidados no remunerado, cuya importancia se reconoció claramente en el comunicado final del G7, organismo que anunció una inversión de 79 millones de dólares en el Fondo de Incentivos para el Cuidado de los Niños del Banco Mundial. Esta cifra, sin embargo, ya se conocía antes de la cumbre y nuestras esperanzas de que se contrajeran compromisos adicionales en la cumbre no se materializaron.

Además, por primera vez los estados que conforman el G7 expresaron su apoyo a la mejora de la salud de las mujeres, niñas y adolescentes mediante la contribución al Fondo de Financiamiento Global para Mujeres, Niñas y Adolescentes (GFF). También se comprometieron a aumentar la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) para la igualdad de género, pero sin un objetivo ni un calendario claros. Se trata de pasos lentos que, aunque van en la dirección correcta, no hacen justicia a la importancia de lograr la igualdad de género.

Acabar con la pandemia y reforzar los sistemas sanitarios

Lo que pedimos:

La lucha contra la pandemia del COVID-19 ha sido injusta desde el principio y ha dejado atrás a los países de bajos ingresos mientras que las naciones ricas pueden recuperarse y seguir adelante como si la pandemia hubiera acabado. Noticia: la pandemia sigue siendo muy real.

Desde el comienzo de la pandemia hemos reclamado el acceso equitativo a las vacunas, tratamientos y herramientas para hacer frente al COVID-19. También alzamos la voz en la exigencia de fortalecer los sistemas sanitarios mundiales y realizar cambios sistémicos como el de la propiedad intelectual, de cara a futuras pandemias y amenazas sanitarias.

Por eso requerimos que los países del G7 se comprometan a financiar íntegramente todos los pilares del Acelerador del Acceso a las Herramientas COVID-19 (ACT-A). También les solicitamos intensificar la lucha contra el VIH/SIDA, el paludismo, la tuberculosis y la poliomielitis apoyando a las organizaciones internacionales dedicadas a combatir estas enfermedades, sobre todo porque la pandemia ha revertido algunos de los asombrosos avances ya alcanzados contra ellas.

Lo que realmente ocurrió:

En su declaración final los países del G7 reafirmaron su apoyo a organizaciones internacionales como el Fondo Mundial de Lucha contra el VIH/SIDA, la Malaria y la Tuberculosis, así como la Iniciativa Mundial de Erradicación de la Poliomielitis. Dado que estas instituciones buscarán financiamiento a finales de este año en lo que se conoce como conferencias de reposición, pediremos al G7 que rinda cuentas de este compromiso de apoyo.

No se hicieron compromisos financieros para responder a la pandemia mundial en curso y el ACT-Accelerator sigue enfrentándose a un déficit de financiamiento de 13,000 millones de dólares. El G7 tampoco se comprometió a realizar más cambios estructurales que pudieran ayudar a prevenir o al menos a prepararnos mejor ante otra pandemia. A diferencia de la cumbre del año pasado en la que el COVID-19 y los sistemas sanitarios mundiales ocuparon el centro de la escena, este año estos temas fueron dejados de lado en su mayor parte, lo que hace pensar que la memoria colectiva de los líderes es preocupantemente corta.

Proteger a la sociedad civil

Lo que pedimos:

El activismo y la defensa se están convirtiendo en un espacio más peligroso a pesar de que necesitamos a la sociedad civil para realizar movimientos activos para acabar con la pobreza extrema de una vez por todas.

Por eso convocamos a los líderes del G7 a impulsar espacios cívicos abiertos en sus países y en todo el mundo. También les llamamos a crear un Grupo de Trabajo sobre el Espacio Cívico, una iniciativa mundial de los gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, empresas y bancos del G7 para aumentar el compromiso y el apoyo a dichas organizaciones, especialmente a las que están amenazadas por regímenes autoritarios y conflictos.

Lo que realmente ocurrió:

La buena noticia es que se reconoció la necesidad de proteger a la sociedad civil y se habló mucho del tema.

En su declaración final el G7 reconoció su responsabilidad de defender los valores democráticos y liberales. Es un buen paso. Ahora lo que hay que hacer es que el grupo se ponga en marcha y establezca compromisos concretos. No se habló de la creación de un Grupo de Trabajo sobre el Espacio Cívico, pero el hecho de que este año se haya debatido más sobre la protección de las libertades civiles nos hace albergar cierta esperanza de que se hará en el futuro.

¿Y ahora qué hacemos?

El trabajo está lejos de haber terminado y seguimos llamando a los líderes mundiales, empresarios, filántropos y responsables de la toma de decisiones a nivel mundial para que tomen acción y aborden los problemas más urgentes del mundo. Este año les pedimos en particular que tomen acción en estas áreas críticas: empoderar a las adolescentes; romper las barreras sistémicas que mantienen a la gente en la pobreza; tomar acción contra el clima, y respaldar a las personas defensoras y activistas del mundo.

Todavía nos quedan muchos momentos clave para la elaboración de políticas este año con la Cumbre de la Unión Africana en julio, la Cumbre del G20 en Bali en octubre, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27 en noviembre y más. Mientras tanto, la presidencia alemana del G7 aún no ha terminado, sino que durará hasta finales de año, por lo que aún hay tiempo para que se subsanen estos decepcionantes resultados y se demuestre al mundo que van en serio en la lucha contra la pobreza extrema, el cambio climático y las desigualdades. Y ustedes saben que aprovecharemos todas las oportunidades para representar sus voces y trabajar para lograr los cambios que quieren ver en el mundo.

Así que sigan tomando acción con nosotros para acabar con la pobreza, exigir equidad y defender el planeta, porque juntos nuestras voces son poderosas y lograremos nuestra misión.

Advocacy

Exige igualdad

Cumbre del G7: Lo que todo Global Citizen debe saber sobre lo poco que recién logró el G7

Por Khanyi Mlaba  y  Nora Holz