Por qué es importante para los Global Citizens
La pandemia de COVID-19 ha provocado que la hambruna mundial se dispare. Naciones Unidas hace un llamado a los países para que apoyen a las poblaciones afectadas con ayuda humanitaria de emergencia. Únete y toma acción sobre este tema aquí.


La pandemia de COVID-19 está provocando que la hambruna mundial aumente a una tasa sin precedentes, según una declaración reciente del Programa Mundial de Alimentos (PMA), que planea lanzar la respuesta humanitaria más grande de toda su historia. 


El PMA planea proporcionar ayuda de emergencia en comida a 138 millones de personas este año, lo que representa un incremento de 41 millones de personas con respecto al año anterior. La agencia de Naciones Unidas estima que la pandemia causará un total de 270 millones de personas adicionales que necesitarán ayuda en alimentos en los 83 países donde opera, lo que representa un incremento de 82% con respecto a 2019. 

La nueva advertencia surge a medida que las infecciones de COVID-19 se aceleran en países menos equipados para afrontar la pandemia. 


“La primera línea en la batalla contra el coronavirus está cambiando de los países ricos a los países pobres”, dijo David Beasley, director ejecutivo del PMA, en una declaración.

“Hasta el día que tengamos una vacuna médica, la comida es la mejor vacuna contra el caos”, agregó. 


“Sin ella, podríamos presenciar un aumento en protestas y disturbios sociales, un incremento en la migración, conflictos complejos y desnutrición generalizada entre poblaciones que anteriormente eran inmunes al hambre”.

La hambruna global ha aumentado en los últimos años debido al impacto del cambio climático, los conflictos y las malas gestiones económicas. En 2019, 821 millones de personas padecieron hambre extrema y malnutrición y 1.3 mil millones de personas adicionales enfrentaron periodos moderados o severos de inseguridad alimenticia.

El PMA ha previsto que estas tendencias anteriores podrían empujar a otros 130 millones de personas a una situación de hambruna mortal. La pandemia del COVID-19 ha más que duplicado esta predicción por la interrupción generalizada de las economías y los sistemas de alimentación.


A medida que las normas de distanciamiento social se aplican en el mundo, los agricultores no pueden cosechar sus cultivos, los mercados de comida se ven limitados y las cadenas de suministro se desaceleran. Para empeorar las cosas, las personas están perdiendo sus fuentes de ingresos y las remesas han disminuido, lo cual dificulta sufragar la comida, según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola.

En una avalancha perfecta de retrocesos, agricultores en partes de África y Asia han perdido también sus cosechas debido a invasiones de enjambres de langostas


El PMA reportó que la inseguridad alimenticia se ha triplicado en América Latina e incrementado un 135% en el oeste y centro de África.

Los gobiernos pueden tomar medidas para mitigar este incremento al ampliar las redes de seguridad social, proveer transferencias monetarias a poblaciones y apoyar a los agricultores con recursos durante la crisis, según el PMA. 

Las agencias de Naciones Unidas, mientras tanto, proveerán asistencia humanitaria de emergencia y apoyarán a agricultores en todo el mundo. 

“Esta crisis sin precedentes requiere de una respuesta sin precedentes”, afirmó Beasley. “Si no respondemos con rapidez y eficacia a esta amenaza viral, el resultado se medirá en perdidas de vida inconcebibles y los esfuerzos para retroceder la marea del hambre se anularán”.

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Por Joe McCarthy  y  Adam Critchley