Las tierras protegidas por los pueblos indígenas en América Latina experimentaron en los últimos años aproximadamente la mitad de la deforestación que las tierras protegidas por otros grupos, según revelan datos de un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC).
Casi la mitad de los bosques de la cuenca amazónica y el 35% de todos los bosques de América Latina están protegidos por pueblos indígenas. Estos territorios almacenan más dióxido de carbono y albergan más biodiversidad que otras zonas similares de América Latina, lo que contribuye a la seguridad hídrica y alimentaria mundial y a la estabilidad del clima, de acuerdo a los autores del informe.
"Los pueblos indígenas y tribales y los bosques de sus territorios juegan un papel vital en la acción climática global y regional y en la lucha contra la pobreza, el hambre y la malnutrición", dijo Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe, en un comunicado. "Sus territorios contienen cerca de un tercio de todo el carbono almacenado en los bosques de América Latina y el Caribe y el 14% del carbono almacenado en los bosques tropicales de todo el mundo".
La ONU revisó más de 300 estudios realizados en las dos últimas décadas sobre las zonas boscosas de América Latina. Descubrieron que la degradación de la tierra en las zonas indígenas se debe en gran medida a la invasión por parte de actores industriales, al desplazamiento forzado, al desmonte ilegal de tierras por parte de foráneos y a otras formas de violencia.
El informe advierte que la capacidad de los pueblos indígenas para proteger los bosques y la vida silvestre en general está cada vez más afectada. Entre 2016 y 2018, la deforestación en los territorios indígenas aumentó un 150%.
La pandemia de COVID-19 ha empeorado estos problemas, ya que los gobiernos reducen los esfuerzos de protección de la tierra. En Brasil, por ejemplo, la pandemia provocó un aumento de los incendios ilegales.
El informe de la ONU insta a los gobiernos de la región a apoyar a las comunidades indígenas reconociendo su derecho a proteger la tierra e incluso pagándoles por el trabajo vital que realizan. Al fin y al cabo, los bosques que protegen son importantes para la estabilidad futura del planeta.
La apertura a los donantes internacionales podría generar cientos de millones de ingresos anuales, según The Guardian.
Los autores señalan que sería rentable pagar por almacenar carbono en estas zonas para mitigar las emisiones globales. En los últimos años han surgido en la región muchos planes de compensación de carbono que han proporcionado una financiación crucial a las comunidades indígenas.
Sin embargo, éstas siguen luchando por mantener su patrimonio cultural debido a siglos de violencia y pobreza impuesta. El informe pide a los gobiernos que ayuden a financiar los esfuerzos de revitalización cultural para que las comunidades indígenas puedan promover tácticas de conservación enraizadas en el conocimiento histórico.
"La evidencia de su papel vital en la protección de los bosques es clarísima", dijo Myrna Cunningham, presidenta de FILAC, en un comunicado. "Esto hace evidente por qué su voz y su visión deben ser tenidas en cuenta en todas las iniciativas y marcos globales relacionados con el cambio climático, la biodiversidad, y la silvicultura, entre otros muchos temas."