Abordar el problema de raíz es siempre el mejor modo de resolver diferentes situaciones, en especial dentro de un sistema frágil dentro de un país. Y en la mayoría de los escenarios que involucran el bienestar de un país, la salud juega un papel prioritario para poder lograr esos cambios.
Ya sea que se busque terminar con el ciclo de la pobreza o mejorar la industria del agro, realizar mejoras en la salud de la gente, asegurar la salud materna y el acceso a mejores sistemas de salud y lugares seguros a la hora de dar a luz, es la problemática número 1 a resolver.
En el año 2015, las Naciones Unidas crearon 17 Objetivos de Desarrollo con el fin de ponerle fin a la pobreza y alcanzar la igualdad alrededor del mundo para el 2030. Conocidos como Objetivos de Desarrollo Global van desde la eliminación del hambre en el mundo, la reducción de la inequidad, la aseguración de la salud global y más.
El sistema Global Financing Facility (GFF) entiende que muchos de los problemas del mundo comienzan desde el nacimiento. Es por eso que fue creado para nivelar el campo de juego entre aquellos que tienen acceso a una atención médica de calidad y aquellos que tienen muchos menos privilegios.
Una madre sana tiene más herramientas para cuidar de sus hijos. Porque habitualmente las madres son las principales proveedoras del cuidado y buscan asegurarse del buen desarrollo de sus hijos, especialmente cuando se trata de la nutrición y la salud psicológica del niño, algo que también está ligado a su propia salud. Es por eso que invertir en la salud materna es un paso crucial en la eliminación de algunas de las mayores desigualdades.
En este contexto el sistema de GFF presenta una oportunidad histórica para fortalecer los sistemas de salud.
Algunos de los componentes más influyentes de la GFF es que desde sus comienzos cuenta con el apoyo de los principales líderes políticos que buscan ayudar a alcanzar los objetivos del programa a través de donaciones, y trabajando como países receptores. Los programas de cooperación internacional pueden ayudar a los gobiernos e individuos a rendir cuentas y velar porque se mantengan los compromisos.
El programa GFF invierte en la salud reproductiva, materna, del recién nacido, niños y adolescentes y busca ayudar en el buen desarrollo de salud y nutricional, siendo proveedor de programas de financiamiento flexibles para gobiernos e instituciones con el fin de empoderarlos. También ofrece asistencia para determinar las prioridades que necesitará cada país específico para alcanzar los objetivos y necesidades relacionadas con estos objetivos. Trabajan con Ministros de Finanzas y Salud en sus países respectivos para reubicar recursos adicionales donde sea que los necesiten.
Invertir en Salud Materna ayuda a cerrar la brecha y desigualdad
Muchas de las problemáticas de salud están interelacionadas y el acceso a un buen sistema de salud es habitualmente central para lograr el éxito.
El hambre y la malnutrición, por ejemplo, pueden incrementar los riesgos y problemáticas que causan el 80% de las muertes maternas, de acuerdo a informes de la Food and Agriculture Organization de las Naciones Unidas.
La salud materna e infantil también están relacionadas con la pobreza. Si la madre no se siente lo suficientemente bien para trabajar, esto afecta negativamente a la economía del hogar, lo que a su vez afecta las posibilidades de supervivencia del niño, o incluso su escolarización, de acuerdo a un informe publicado por la OMS, Organización Mundial de la Salud.
Esto tiene efectos de desarrollo a largo plazo en el niño porque si tiene dificultades físicas o mentales cuando llegue a la edad adulta, también sufrirán dificultades económicas que también afectarán su contribución a la sociedad. Un círculo vicioso de pobreza.
Invertir en salud materna no significa que el dinero solo esté destinado a una problemática específica, sino también aumentar el número de parteras profesionales, por ejemplo. Para que la inversión en salud materna funcione, se necesitan realizar las reformas necesarias en el sistema de salud para alcanzar estos objetivos. Por esta razón, la inversión en salud materna puede tomar diversas formas y trabajar para, incluso, ayudar a resolver problemas de educación y pobreza.
“Para alcanzar mejoras en el sector de la salud se necesita un programa como este que permita enfocarse y mejorar otras problemáticas relacionadas con la salud materna, y no solo enfocado en mejorar el sistema de salud”, le dijo Gulam Muhammed Al Kibria, coordinador de investigación de datos del Departamento de Salud Internacional de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, a Devex el año pasado.
“Mejorar, por ejemplo, la salud sexual y reproductiva es una prioridad porque habitualmente estos problemas no están claros para los estudiantes y ni siquiera nadie les dice qué sucederá si tienen sexo”, le dijo a The Guardian, Faiza Jama Mohamed Director de Igualdad para la oficina de Now’s Africa.
Alcanzar los Objetivos de Desarrollo es una tarea conjunta
En términos generales si una madre está enferma y no puede acceder a un sistema de salud que le garantice una atención de calidad, no puede trabajar ni mantener a su familia, esto implica que la pobreza aún persistirá. Y donde persiste la pobreza también lo hace el hambre. Cuando un niño tiene hambre no puede concentrarse en clase y tampoco puede continuar correctamente con sus educación. Y las distintas problemáticas en todos estos estadíos afectan el proceso para alcanzar los Objetivos Globales de Desarrollo.
Ahora imagina que esa misma madre recibe los cuidados y el apoyo que necesita para dar a luz en un lugar seguro, estar bien, trabajar y poder cuidar de su hijos. Estaría saludable, tendría un trabajo y dinero, su familia podría pagar alimentos nutritivos y tener una dieta balanceada, y al niño le iría bien en la escuela.
Si estos SDGs fueran una pirámide, podría decirse que la salud maternal estaría ubicada en la base. Cuando a las madres se les ofrecen los cuidados necesarios tienen la posibilidad de proveer los cuidados necesarios a sus hijos y, así romper el ciclo de la pobreza.