El 16 de septiembre, Jina "Mahsa" Amini, de 22 años, murió tras ser detenida en Irán por la "policía moral" del país, o Gasht-e Ershad.
La "policía moral" aplica interpretaciones estrictas de la sharia y Amini fue detenida porque supuestamente tenía algo de pelo visible bajo su pañuelo, que es obligatorio que las mujeres lleven desde la revolución de 1979.
Tras ser detenida, Amini fue golpeada y llevada a un centro de detención en Teherán. A las pocas horas estaba en coma y las autoridades afirmaron que había sufrido un derrame cerebral.
En todo Irán millones de mujeres tienen historias similares de acoso, detenciones arbitrarias y palizas a manos de la "policía moral", y la muerte de Amini ha provocado una ola de protestas en todo el país. Las mujeres se han quitado sus pañuelos, los han quemado y se han cortado el pelo en actos de increíble valentía y solidaridad, en medio de lo que se ha reportado como el mayor movimiento contra el régimen en Irán desde 2019.
Aquí, la activista por los derechos de las mujeres y los refugiados y ganadora del Premio Global Citizen, Anuscheh Amir-Khalili, que abandonó Irán con su familia cuando era niña, comparte su respuesta a la muerte de Amini y cómo ésta resuena tanto en su propio pasado como en su trabajo actual de apoyo a las mujeres y a los refugiados durante los conflictos y las violaciones de los derechos humanos.
Cuando tenía ocho años mi familia y yo huimos de Irán a Alemania.
Recuerdo que de adolescente quería viajar a mi país de origen con unos amigos. Mi padre hizo todo lo posible para impedirlo. En aquella época participaba activamente en la escena de la izquierda en Alemania, iba a conciertos de punk, era política y, sobre todo, era feminista.
Estos fueron mis privilegios porque crecí en Alemania y no en Irán.
Nací en Bandar Abbas, así que, según la ley iraní, soy iraní y musulmana. A mi padre le preocupaba que, si volvía a Irán, me detuviera la "policía moral" y me llevara a la brigada antivicio por no tener el pelo totalmente cubierto por el velo.
Global Citizen Prize: Citizen Award Germany winner, Anuscheh Amir-Khalili
La policía moral es la policía religiosa islámica creada para detener a las personas que no respetan el código de vestimenta. Es una demostración de fuerza que tuve que experimentar de niña en Irán. Cuando tenía 7 años no llevaba velo en la cabeza y la policía moral, portando ametralladoras, me detuvo hasta que me ajusté al código de vestimenta.
La opresión como realidad cotidiana
Estas medidas de control, enfocadas a humillar a mujeres y niñas, se aplican desde hace años y afectan a miles que viven en Irán. Son llevadas a prisiones o comisarías y sometidas a bárbaras medidas "educativas". La flagelación es una herramienta muy popular.
La mayoría de las mujeres jóvenes de Irán no conocen otra realidad que la opresión y el sometimiento. Aunque más del 70% de ellas estudian o tienen un título universitario, muchas se quedan en casa porque no encuentran trabajo. La falta de expectativas se suma a las discriminaciones y humillaciones en la vida cotidiana, así como a la opresión en su conjunto. El sistema patriarcal islamista, con la sharia como forma de ley, las trata como propiedad y no les permite llevar una vida independiente.
El miedo de mi padre
El 16 de septiembre de 2022, lo que mi padre siempre temió que me sucediera se convirtió en una trágica realidad.
Jina "Mahsa" Amini, de 22 años, fue detenida por la "policía moral" por llevar un velo "incorrecto" y golpeada hasta la muerte. Fue un feminicidio de Estado. Es muy importante nombrarlo como tal, porque esta violación de los derechos humanos no es, por desgracia, una rareza en Irán. Sin embargo, los derechos de las mujeres son derechos humanos, aunque, por desgracia, esto todavía no se entienda en ningún lugar del mundo.
Sin embargo, desde hace años las políticas alemanas, que por lo demás no llevan hiyab, llevan velos en los actos organizados por el presidente iraní. Es un invitado de la ONU. El presidente del país donde crecí es bienvenido por el mundo occidental, mientras que, al mismo tiempo, por mi trabajo con mujeres y niños refugiados, tengo que ser testigo de cómo se rechazan muchas solicitudes de asilo de iraníes.
La interseccionalidad de la opresión
Las mujeres y las niñas no son las únicas que se enfrentan diariamente a la opresión, la discriminación y la violencia en Irán. Estos problemas también afectan a amplios sectores de la población considerados grupos minoritarios, como los kurdos y las comunidades LGBTQ+.
En 2005 dos adolescentes homosexuales fueron ejecutados públicamente; ahora mismo dos activistas LGBTQ+ están en prisión a la espera de ser ejecutados: Zahra Sedighi-Hamedani y Elham Chubdar. Han hecho campaña por los derechos de las minorías y ahora lo están pagando con sus vidas.
En Irán existe una gran discriminación contra diferentes grupos minoritarios: Por ejemplo, a los niños afganos no se les permite ir a la escuela en Irán, mientras que los kurdos llevan una vida de "segunda categoría". Amini era kurda. También es importante reconocerlo y llamarla con el nombre de Jina, como hizo su madre en su funeral. Jina significa "vida" en kurdo, mientras que tras su muerte el mundo la ha conocido con su nombre "oficial" iraní, Mahsa.
Los kurdos están oprimidos por sistemas coloniales en muchas partes del mundo, como en Irán. No se les permite hablar su lengua en público, no se aceptan sus nombres.
Del Movimiento de Liberación de las Mujeres Kurdas procede el canto "Jin Jiyan Azadî", que significa "mujeres, vida y libertad" en español.
Llevan años luchando contra Daesh o Estado Islámico, y por la libertad de las mujeres en la región de Rojava, una región autónoma kurda en el norte de Siria. Allí conviven pacíficamente personas de diferentes etnias y credos, pero también allí han sido y siguen siendo abandonadas.
Jin Jiyan Azadî: Un llamado mundial
Pero ahora parece que lo que están sembrando estas defensoras de los derechos de la mujer está dando por fin sus frutos. Las mujeres pueden pasar al contraataque, y eso es lo que están haciendo ahora. Salen a la calle para protestar contra la opresión sistemática de las mujeres y el sistema de gobierno islamista. Las mujeres queman sus velos, se cortan el pelo.
La gente de otras partes del mundo también se está manifestando para mostrar su solidaridad. Porque eso es lo importante ahora. Las protestas deben leerse como defensa, la defensa debe leerse como vida. Esa es mi esperanza. Estos son los frutos de los luchadores kurdos.
Mientras tanto, "Jin Jiyan Azadî" se grita no sólo en las calles de Irán, sino en todo el mundo.
Me encanta esta frase de tres palabras que significa todo: Mujeres. Vida. Libertad.