La violencia de género es indiscriminada y afecta a niñas y mujeres de todas las edades, más allá de sus antecedentes sociales y económicos, o nacionalidades. Pero en México, donde el problema es particularmente grave, las mujeres alzan su voz para ponerle fin a este problema.
Cientos de personas marcharon recientemente en silencio en la Ciudad de México para protestar contra las peligrosas condiciones en que viven las mujeres en México y exigir justicia para las víctimas de violencia de género. Todos los días, 10 mujeres son asesinadas en promedio en México, y 4 de cada 10 enfrentan situaciones de violencia sexual en algún momento de sus vidas, según datos de las Naciones Unidas.
"La violencia contra las mujeres es uno de los mayores problemas en México", dijo a ABC News Ramón Ramos, abogado y ex viceministro de seguridad pública en la Ciudad de México, antes de la marcha.
Los familiares de las mujeres que fueron asesinadas o desaparecidas encabezaron la marcha, con carteles que decían: "¡No nos detendremos hasta que te encontremos!". Muchos marcharon con cintas adhesivas sobre sus bocas: la palabra “justicia” estaba escrita sobre la cinta.
"Ocultan y distorsionan los números en lugar de enfrentar lo que está sucediendo. Esta es la consecuencia de tantos años de ineptitud e indiferencia", dijo Víctor Hugo Aguilar, uno de los manifestantes. Su hermana desapareció en julio después de reunirse con amigos en la Ciudad de México.
En México, los autores de violaciones y agresiones sexuales a menudo quedan en libertad y no son responsabilizados por sus acciones violentas, incluso cuando los casos son denunciados casos. Solo 1 de cada 10 delitos se denuncia a las autoridades, y en estos casos, solo el 10% de los autores son condenados a prisión. Incluso hay menos justicia en casos de violación, ya que solo el 2% de los perpetradores son enviados a prisión.
Sandra Soto holds a photo of her sister, left, who was murdered, as Lorena Gutierrez holds sign about her daughter, center, who was also murdered at a march to call attention to femicide in Mexico City, Sept. 8, 2019.
Sandra Soto holds a photo of her sister, left, who was murdered, as Lorena Gutierrez holds sign about her daughter, center, who was also murdered at a march to call attention to femicide in Mexico City, Sept. 8, 2019.
"Este es un estado que no castiga, que no garantiza los derechos de las mujeres, y mucho menos las víctimas", dijo María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Nacional de Feminicidios de los Ciudadanos y uno de los organizadores de la marcha del domingo.
La falta de justicia contribuye a la desconfianza para con los agentes de policía, quienes también han sido acusados de cometer crímenes atroces contra las mujeres.
El mes pasado, salieron a la luz dos casos de policías que presuntamente violaban a adolescentes. Enfurecidas por la falta de responsabilidad por parte de las autoridades, las mujeres salieron a las calles a protestar, cubriendo a Jesús Orta Martínez, el Ministro de Seguridad del país, con glitter rosado. El movimiento para garantizar la seguridad y la justicia para las mujeres en México ahora se ha denominado "revolución diamantina", o la revolución del brillo.
"Todos los días, las niñas desaparecen, las mujeres desaparecen, las mujeres son violadas y violadas y queremos una respuesta política que refleje la magnitud de esta emergencia nacional", le dijo a The Guardian, Yndira Sandoval, activista del grupo Las Constituyentes y víctima de agresión sexual.
Según una encuesta del gobierno de 2018, la mayoría de las mujeres en México no se sienten seguras. Aun así, México no se ha clasificado entre los 10 países más peligrosos para las mujeres en una encuesta de expertos realizada por la Fundación Thomson Reuters, que destaca cuán grave y generalizada es la violencia de género en el mundo de hoy.