Las campañas contra las enfermedades tropicales desatendidas están sufriendo un duro golpe en algunas partes del mundo ante el COVID-19.
Si bien hay grupos e individuos que están llevando a cabo esfuerzos excepcionales para prevenir retrocesos mayores en cuanto al suministro de servicios de salud vitales, la nutrición y el papel que desempeña en la transmisión de las NTDs a menudo pasa desapercibido.
Aunque la conexión entre las NTDs y la nutrición no se entiende totalmente, es claro que existe.
Por un lado, investigaciones sugieren que la desnutrición expone a las personas a las infecciones incluso antes de que éstas ocurran. Cuando el acceso a la comida de calidad es limitado, como es el caso en algunos países de ingresos medios y bajos, la gente es más vulnerable a las infecciones y es probable que sufran síntomas de las NTDs más severos.
Por el otro, las NTDs, una vez que ocurren, pueden de manera importante contribuir a la desnutrición por sus efectos devastadores en el cuerpo, que exacerban el círculo vicioso de salud deficiente y hambre.
Se trata de una verdad en especial para las NTDs, como los helmitos y la esquistosomiasis transmitidas por tierra, según Claire Chaumont, directora de programa y evaluación de la END Fund, ya que ambas enfermedades están vinculadas con la anemia, la falta de crecimiento y la desnutrición.
Mientras trata de luchar contra una infección causada por gusanos, larvas o huevos, el cuerpo puede incrementar su índice metabólico y consumir nutrientes a un ritmo mucho más elevado que lo normal, muestra un estudio sobre el papel de la nutrición al luchar contra las NTDs. Aunque estas respuestas son protegidas por la naturaleza, pueden causar estragos en aquellas personas que carecen del acceso a la comida nutritiva cuando el cuerpo lucha por recuperarse de la infección de la manera más efectiva posible.
Romper el círculo de la desnutrición y la infección podría ser la respuesta a la lucha contra las NTDs, pero es más fácil decirlo que hacerlo; y el COVID-19 puede empeorar las cosas.
Las pandemia ya ha causado que 150 millones de niños hayan caído en la pobreza y, según Naciones Unidas, la cifra de personas que sufre de hambre podría aumentar pronto al doble.
Es “probable que todo esto conduzca a más inseguridad alimenticia, y [podría] impactar la lucha contra las NTDs”, afirmó Chaumont en un correo electrónico a Global Citizen.
Según la NTD Modelling Consortium, una organización de especialistas en epidemiología y científicos de datos, el COVID-19 podría interferir también en la capacidad general de algunos países para eliminar las NTDs debido a la presión adicional ejercida por la pandemia en los sistemas de salud que ya eran vulnerables mucho antes de que ésta los afectara.
Para ayudar a mitigar estos efectos, la Organización Mundial de la Salud afirmó que los acercamientos transversales e integradores deben favorecerse en la lucha contra las NTDs.
La investigación también muestra que mientras que los programas de tratamiento contra las NTDs ponen un énfasis fuerte en las medicinas como una manera de prevenir la propagación de las enfermedades, un enfoque en la nutrición es igualmente — si no más — crucial para luchar contra ellas de manera preventiva.
Para seguir avanzando, los líderes mundiales pueden comprometerse a crear planes de colaboración e integrales que ayuden a abordar la conexión entre estas prioridades en la salud aparentemente opuestas, además de luchar al mismo tiempo contra el COVID-19.
“Debemos dedicar más atención a los vínculos entre ambos temas, desarrollar estrategias integradas y romper con los silos en ambos sectores”, afirmó Chaumont. “Los programas de nutrición son un ajuste natural debido a los beneficios conjuntos que cada programa tiene y por el hecho de que a menudo se enfocan en poblaciones similares y a través de acercamientos similares”.
Una manera de lograrlo sería que los líderes renovaran su compromiso con la London Declaration, una promesa colectiva que unió a empresas farmacéuticas, organizaciones de la salud y lideres, entre otros, en la lucha contra las NTDs en 2012.
Con la finalización de la declaración en 2020, fondos nuevos podrían ser muy útiles para garantizar que el mundo logre el itinerario para las NTDs de la OMS de 2030 dentro de la próxima década.
Con solo el 0.6% de fondos en la salud global actualmente canalizados para prevenir las NTDs, se necesitan nuevos compromisos de manera urgente para salvaguardar el avance que se ha hecho hasta ahora para erradicar estas enfermedades. Puedes unirte a nosotros y exhortar a los líderes mundiales para que renueven la London Declaration y para movilizar nuevos compromisos de fondos por 1.5 mil millones de dólares que contribuirían a acelerar el avance. Toma acción aquí.