Por qué es importante para los Global Citizens
El status quo del sistema alimentario global amenaza tanto la salud del planeta como la salud de los humanos. Los científicos ahora están pidiendo que se prioricen los modelos sostenibles de producción de alimentos. Puedes unirte a nosotros para tomar medidas sobre este tema aquí.

La obesidad, la desnutrición y el cambio climático representan una sinergia de epidemias, o "la Sindemia Global", y juntas representan el mayor riesgo para la humanidad en todo el mundo, según un nuevo informe publicado por la Comisión Lancet, un grupo formado por docenas de científicos que abarcan una amplia gama de campos.

El informe sostiene que estas crisis globales están vinculadas a los modos prevalecientes de agricultura, transporte y uso de la tierra. Debido a su naturaleza combinada, el progreso en cualquiera de estos temas necesariamente dará como resultado el progreso en los otros temas, y hay cambios concretos que se pueden implementar para obtener resultados inmediatos.

Por ejemplo, el informe alienta a los países a cambiar los $ 500 mil millones en subsidios que actualmente se destinan a la carne de vacuno, productos lácteos y otras industrias a la agricultura y producción sostenibles. De manera similar, los $ 5 trillones en subsidios que se destinan a la producción de combustibles fósiles a nivel mundial deben ser transferidos al desarrollo de energía renovable.

"Lo que estamos haciendo ahora es insostenible", dijo William Dietz, autor del estudio y experto en salud pública de la Universidad George Washington, en una conferencia telefónica con reporteros, de acuerdo a lo publicado por Reuters.

"Lo único que podemos esperar es que se tome conciencia sobre la importancia del sentido de urgencia", dijo. "Nos estamos quedando sin tiempo".

La Comisión Lancet sobre Obesidad promueve una dieta que mitigaría significativamente el cambio climático, proporcionaría más alimentos a más personas y mejoraría los resultados de salud a nivel mundial.

Esta última comisión profundiza en los efectos globales de la obesidad, que, según los autores, está vinculada a muchos problemas que están causando estragos en el planeta a través de un sistema alimentario global que prioriza los productos poco saludables y con un uso intensivo de recursos.

Por ejemplo, a medida que los países alrededor del mundo producen y consumen más carne, se está dedicando más tierra al ganado y otros animales, lo que acelera la deforestación y disminuye los suministros de agua disponibles.

A nivel mundial, la calidad del suelo se está degradando debido a la agricultura industrial y las fuentes de agua se están secando y están siendo contaminadas, dos tendencias que amenazan la capacidad de cultivar alimentos en el futuro. De manera similar, el cambio climático está haciendo que ciertas áreas que alguna vez fueron el hogar de una próspera agricultura se volvieran desoladas, amenazando la existencia misma de ciertos cultivos.

Otro signo de la naturaleza disfuncional del sistema alimentario mundial es la cantidad de alimentos que se producen, pero no se comen. A nivel mundial, se desperdicia un tercio de los alimentos producidos, lo que les cuesta a los países más de $1.3 billones de dólares al año, según informó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Si una parte importante de esos alimentos se manejara mejor, entonces el hambre mundial podría resolverse.

En 2018, más de 815 millones de personas vivían con hambre crónica y numerosos países están lidiando con crisis de hambre.

La obesidad es una de las principales crisis sanitarias mundiales, y le cuesta al mundo $2 mil millones en costos de atención médica al año, más que los costos de fumar o la violencia armada y la guerra. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la obesidad pone a una persona en mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer, entre otras complicaciones de salud.

Para el 2025, se proyecta que entre 2 y 7 mil millones de personas tengan sobrepeso u obesidad.

Sin embargo, los autores enfatizan que la obesidad a menudo se produce por razones ajenas al control directo de una persona, incluidos la accesibilidad a los alimentos y los conflictos de interés en la industria alimentaria. Además, los estigmas que rodean a la condición médica intensifican el problema.

"Las personas con obesidad a menudo son culpadas por su enfermedad al ser consideradas estúpidas, feas, infelices, menos competentes, perezosas o carentes de autodisciplina, motivación y control personal", señala el informe. “Eso también podría explicar la falta de reconocimiento de la obesidad como un problema médico grave que merece atención. Responsabilizar a las personas por su obesidad distrae la atención de los sistemas obesogénicos que la producen".

Los autores del informe presentan numerosas formas de lidiar con estos dos problemas globales, incluyendo la búsqueda de sistemas agrícolas más sostenibles, evitando que las empresas privadas influyan en las políticas de salud y alimentos, y ampliando el acceso a la atención médica.

"Nuestra salud, la salud de nuestros hijos y las generaciones futuras, y la salud del planeta dependerán de la implementación de respuestas integrales y orientadas", dice el informe.

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