En gran parte del mundo, el número de muertes por tuberculosis es más alto de lo que habíamos pensado anteriormente. Más de 1.8 millones de personas mueren cada año debido a esta enfermedad prevenible

La tuberculosis afecta de manera desproporcionada a los países de ingresos bajos e intermedios, toda vez que cerca de 95 por ciento de las muertes ocurren en el mundo “en desarrollo.” La enfermedad se propaga rápidamente en áreas que tienen superpoblación, carecen de condiciones sanitarias adecuadas y presentan altas tasas de VIH/SIDA, lo que hace que los barrios pobres urbanos de América Latina sean especialmente vulnerables a la enfermedad.    

Las barriadas de Lima, Perú, son un excelente ejemplo de estas condiciones. USAID señala que 60 por ciento de los casos de tuberculosis en Perú se registran en la región de Lima-Callao. 

Pero una comunidad intenta derrotar las probabilidades reduciendo a cero las muertes por tuberculosis para finales de año. 

Carabayllo es un extenso barrio pobre en el norte de Lima. El barrio es, como indica The Guardian, “un foco de tuberculosis donde las viviendas con hacinamiento, mala ventilación y a menudo humedad constituyen un caldo de cultivo para una de las enfermedades más antiguas del mundo.”

Partners in Health (Socios en la salud), con sede en EE.UU., ha trabajado en los barrios de Carabayllo desde 2012. Cuando la organización llegó a la comunidad hace cinco años, estableció un centro de tratamiento de la tuberculosis en un contenedor de carga abandonado que ahora puede atender a 25 pacientes al día. 

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La organización tiene una solución sencilla para poner fin a las muertes por tuberculosis en la comunidad: movilizar a los residentes para que se conviertan en “promotores de salud” en la lucha contra la enfermedad.   

Estos promotores de salud “provienen de la... comunidad; saben quiénes están tosiendo, quién ha perdido peso, quién se oculta porque tiene problemas.   Buscan a estas personas que a veces nunca llegan a los servicios de salud,” indicó Leonid Lecca, el director de la ONG en Lima, a The Guardian. 

Debido a todas las personas alistadas para ayudar y la consciencia que esto crea, es más probable que se detecte a las personas que sufren de tuberculosis y que estas sigan el tratamiento hasta el final.  

En los cinco años transcurridos desde que la organización sin fines de lucro comenzó a trabajar en Carabayllo, el número de personas que abandonan el tratamiento de la tuberculosis ha disminuido en 7 por ciento, lo que significa que ahora solo 1 por ciento de los pacientes dejan el tratamiento. Sin embargo, este año la meta es incluso más ambiciosa: en 2017, la organización espera reducir las muertes por tuberculosis y el abandono del tratamiento a cero. 

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Aunque la organización sin fines de lucro ha sido parte fundamental para ofrecer acceso al tratamiento de la tuberculosis a los habitantes del barrio, el éxito del proyecto tiene que ver más con la integración de la comunidad al proceso que con la propia atención médica.  

Los impresionantes resultados obtenidos en Carabayllo muestran el nivel de efectividad que pueden tener intervenciones basadas en la comunidad. 

A medida que las cepas de tuberculosis resistentes a los antibióticos se vuelven más comunes en todo el mundo, este modelo de base debe adoptarse más ampliamente. 

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Por Phineas Rueckert