Las plantas están luchando por crecer en todo el mundo porque los niveles de vapor de agua atmosférico están disminuyendo, según un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Science Advances.
Los investigadores encontraron que las tasas de crecimiento de las plantas disminuyeron en el 59% de las áreas con vegetación del mundo durante las últimas décadas, con árboles que muestran anillos más delgados, plantas que muestran menos cobertura de hojas y varios ambientes que experimentan disminuciones sistémicas. El equipo cree que la disminución de los niveles de vapor de agua podría estar deprimiendo las tasas de crecimiento y vaciando los ecosistemas, una tendencia probablemente impulsada por el cambio climático.
El cambio climático está afectando los niveles de vapor de agua en al menos dos formas, según el informe.
A medida que aumentan las temperaturas globales, la atmósfera necesita más vapor de agua para estabilizarse. Si no se proporciona más vapor de agua, se forma un déficit de presión de vapor (VPD). Las plantas interpretan este déficit como una sequía y cierran los poros de sus hojas. Esto a su vez disminuye su capacidad de fotosíntesis.
Los VPD empeoran al desacelerar los patrones de vientos globales sobre los océanos del mundo que evitan que el vapor de agua se transporte a la tierra.
En conjunto, estas dos tendencias han provocado que los VPD aumenten en el 53% de las áreas con vegetación del mundo, lo que dificulta el crecimiento de las plantas a niveles históricos.
Si bien es necesario realizar más investigaciones para determinar las causas y consecuencias exactas de esta dinámica, el estudio proporciona otro ejemplo de cómo el cambio climático impacta negativamente en la vida silvestre global.
Las Naciones Unidas advirtieron recientemente que 1 millón de especies de plantas y animales podrían extinguirse en las próximas décadas debido a que las olas de calor serán más intensas y frecuentes, sumado a las sequías, tormentas extremas y más.
A medida que las condiciones se vuelven más cálidas y secas, los incendios forestales se vuelven más comunes. En los últimos años, las áreas que alguna vez estuvieron aparentemente protegidas de los incendios forestales se incendiaron, incluidas grandes partes del Ártico.
Las plagas que ponen en peligro la vida de las plantas también están aprovechando estas nuevas condiciones para expandir sus rangos. De hecho, el 40% de los bosques de Estados Unidos están en riesgo de ser destruidos por plagas potenciadas por el cambio climático.
A medida que las sequías se intensifican y se vuelven más comunes, la desertificación se está extendiendo, volviendo hostiles los ambientes verdes para la vida vegetal.
No es solo el cambio climático el que daña la vida silvestre. La deforestación industrial, la extracción de recursos, la agricultura, la urbanización, el uso de pesticidas, la contaminación industrial, el desvío de ríos, la contaminación del agua y mucho más amenazan las plantas y los animales del planeta.
Según las Naciones Unidas, la extracción de recursos, que se ha triplicado en los últimos 50 años, es responsable del 90% de la pérdida de biodiversidad.
Si las tendencias actuales continúan, los humanos se encontrarán cada vez más aislados en un planeta que se parece cada vez más a una escena de Mad Max.