En medio de las noticias sobre el ébola, el sarampión y otras enfermedades que se pueden prevenir con vacunas, las discusiones sobre la poliomielitis a veces pueden perderse en el debate: se cree que está casi erradicada, casi como una enfermedad del pasado.
Pero la amenaza de la polio era demasiado real hasta hace no mucho tiempo.
Cuando la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Polio (GPEI) se lanzó por primera vez en 1988, la polio infectaba a más de 350.000 niños cada año en 125 países. Pero gracias a una asociación mundial sin precedentes que trabajó en conjunto para coordinar los programas de inmunización en todo el mundo, los casos de polio se redujeron a 33 en 2018.
Si bien esto en sí mismo es un gran logro en la lucha para erradicar la poliomielitis de una vez por todas, en realidad ha resultado en el avance de muchos más. De hecho, nos ha acercado más que nunca al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y, más concretamente, al Objetivo mundial 3: buena salud y bienestar para todos.
La GPEI reunió a gobiernos, comunidades y socios bajo el objetivo común de erradicar esta enfermedad infecciosa y, como tal, logró sentar las bases para futuras asociaciones similares. La razón por la que esto es tan clave es que el logro de los ODS solo serán posibles si el mundo trabaja unido.
El programa contra la poliomielitis ha servido como modelo para las inversiones en las intervenciones de salud mundial en general que trabajan para lograr el ODS 3 sobre la salud mundial.
Debido a los esfuerzos combinados de donantes gubernamentales, filántropos, actores del sector privado y más, se estima que 18 millones de personas caminan hoy, pero de otra manera habrían quedado paralizadas por la poliomielitis. La GPEI también estima que se han evitado un total de 1,5 millones de muertes.
Esas son cifras enormes en el contexto de la salud mundial.
Pero estos esfuerzos unidos han hecho mucho más que proteger contra una sola enfermedad. La forma en que la GPEI ha abordado la poliomielitis ha empoderado al mundo para responder mejor a otros brotes de enfermedades, como se ha visto con el Zika o el Ébola.
Y los trabajadores de la poliomielitis han hecho (y continúan haciendo) mucho más que proporcionar vacunas: también brindan educación sanitaria a las mujeres sobre una variedad de temas. Debido a esto, los esfuerzos de la GPEI también han sumado más logros hacia poder concretar el Objetivo Global 5: la igualdad de género.