El Papa Francisco está alentando a los líderes de todo el mundo a trabajar para ponerle fin al hambre en el mundo.
Según informó la agencia Associated Press, en una sesión anual para el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, una agencia de la ONU con sede en Roma que apunta a acabar con la pobreza y el hambre en el mundo rural en desarrollo, el Papa Francisco subió al escenario y abordó el tema de la desigualdad alimentaria mundial.
"Pocos tienen demasiado, y muchos tienen poco", dijo el Papa Francisco. “Necesitamos la ayuda de la comunidad internacional, la sociedad civil y todos aquellos que tienen los recursos. "Las responsabilidades no se pueden evadir, pasar de una a otra, sino que deben asumirse para ofrecer soluciones concretas y reales".
El tema central de la reunión de dos días del FIDA de este año fue “innovación rural y espíritu empresarial”. El Papa Francisco abordó este tema condenando la brecha de riqueza para la accesibilidad de alimentos y recursos en todo el mundo.
"Muchos no tienen comida y están a la deriva, mientras que unos pocos se ahogan en lo superfluo", dijo el Papa Francisco. "Viven en situaciones precarias: el aire está contaminado, los recursos naturales se agotan, los ríos se contaminan, los suelos se acidifican, no tienen suficiente agua para sí mismos o para sus cultivos; sus infraestructuras sanitarias son muy inadecuadas; sus casas son escasas y defectuosas".
En América Latina, de donde proviene el Papa Francisco, y en todo el Caribe, 39.3 millones de personas están desnutridas.
"Es paradójico que una buena parte de los más de 820 millones de personas que padecen hambre y malnutrición en el mundo viven en áreas rurales, se dedican a la producción de alimentos y son agricultores", dijo.
El Papa siempre ha sido un defensor de la justicia social. En el pasado, habló sobre el cambio climático, defendió los derechos de los refugiados y luchó contra la trata de personas.
A nivel mundial, 1 de cada 9 personas en el mundo están hoy desnutridas, según la ONU. La mayoría de las personas hambrientas del mundo viven en países en desarrollo.
"Esta tendencia perversa de la desigualdad es desastrosa para el futuro de la humanidad",dijo.