El nacionalismo de vacunas es uno de los mayores desafíos que se interponen en el camino hacia una respuesta global equitativa contra el COVID-19.
Debido a que esta pandemia no conoce fronteras, la entrega de vacunas a todos, en todas partes, es crucial para detener la propagación del virus; aún así, la mayoría de las naciones ricas están acaparando dosis para sus propias poblaciones, a menudo con consecuencias devastadoras para el resto del mundo.
En abril de 2021, aunque la mitad de la población de Estados Unidos ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19, se estima que los países pobres no lograrán una cobertura de vacunación generalizada antes de 2023.
Algunos países se han comprometido a donar vacunas seguras y efectivas a países de ingresos bajos y medianos a través de COVAX, pilar de vacunas del Acelerador del Acceso a las Herramientas contra el COVID-19, pero el historial mundial de equidad en el acceso a las vacunas sigue siendo abismal. La mayoría de las naciones ricas han comprado suficientes inyecciones para vacunar a su población varias veces, lo cual dificulta su disponibilidad y pone al mundo en riesgo de enfrentar nuevas cepas resistentes a las vacunas.
Global Citizen conversó con Eloise Todd, una de las cofundadoras de Pandemic Action Network, sobre la importancia de compartir las dosis de la vacuna para superar el COVID-19 de una vez por todas. Todd, cuya red está formada por alrededor de 100 organizaciones que trabajan para ayudar a poner fin a esta pandemia y prevenir la siguiente lo antes posible, enfatizó la necesidad de combatir el acaparamiento de vacunas para construir un mundo más justo a largo plazo.
Global Citizen: ¿Podrías contarme más sobre la situación actual respecto a la distribución de vacunas? Hemos visto a algunos países comprometerse a donar dosis excedentes. ¿Cuál es la situación actual a escala mundial?
Eloise Todd: El problema es que tenemos muchas vacunas en todo el planeta, pero todas están concentradas en [manos de] los países ricos. Así que necesitamos desesperadamente conseguir esas vacunas de repuesto que no son [de] utilidad para las personas en los países ricos, que han comprado varias veces las que necesitan para sus países.
La Unión uropea, por ejemplo, tiene 1.900 millones de [dosis] de vacunas confirmadas, y ya tienen opciones de aún más [dosis]. El Reino Unido ha confirmado casi 500 millones de dosis, e incluso si todas fueran vacunas de doble dosis, eso sería al menos tres o cuatro veces su población. Por eso estamos [pidiendo] a los gobiernos que entreguen sus dosis excedentes, y de forma gratuita, no como [asistencia oficial para el desarrollo (AOD)]. También queremos que lo hagan ahora para que COVAX pueda planear e, idealmente, queremos que todo esto se canalice a través de COVAX como una especie de mecanismo central ya que está mejor posicionado para distribuir estas [dosis] en todo el mundo.
¿Por qué es necesario donar estas vacunas a través de COVAX?
Bueno, hay un par de razones distintas. En primer lugar, necesitamos a alguien, en algún lugar, que tenga una visión general de lo que está sucediendo, de las brechas y qué se necesita. COVAX es el mecanismo multilateral que se ha establecido para entregar a [países de ingresos bajos y medianos].
La segunda razón es que recibimos cada vez más señales de la llamada diplomacia de vacunas, con países suministrando dosis a sus amigos más afines y vecinos cercanos. A veces eso es legítimo porque también existe una necesidad allí, pero, francamente, si esta es una respuesta global verdaderamente equitativa, debemos vivir así al pie de la letra y con el espíritu de lo que nos hemos comprometido... Lo que eso significa es dar las dosis de forma centralizada para que las necesidades de quienes más las necesitan puedan ponerse por delante.
También es muy importante recordar que la prioridad número uno para el Acelerador del Acceso a las Herramientas contra el COVID-19 (ACT-A) y para COVAX, el pilar de la vacuna, es obtener el financiamiento completo. La distribución de dosis es un complemento importante para esa movilización de recursos, pero realmente necesitamos que los gobiernos metan las manos en sus bolsillos y aporten las cantidades relativamente pequeñas, necesarias para financiar completamente [ACT-A]. Hablamos de miles de millones, que parece mucho dinero, pero nada comparado con los billones que hemos gastado para que nuestros propios países obtengan rescates y jornadas reducidas... Dado que sabemos que hay al menos mil millones (algunos dicen que 1.300 millones de dosis excedentes solo en 2021) es una locura pensar que están arrumbadas en un almacén volviéndose obsoletas. Necesitamos que vayan a donde se necesitan.
¿Qué les dirías a los líderes mundiales que han decidido priorizar a su propia población antes de siquiera considerar la donación de vacunas? ¿Qué tan importante crees que es donar esas dosis ahora mismo en lugar de esperar hasta que la cobertura de la vacuna esté en un estado en el que nos sintamos cómodos haciéndolo?
Bueno, creo que es una pregunta difícil, si somos honestos, porque los gobiernos tienen el mandato de cuidar de su propia gente, pero no de comprar varias veces lo que necesitan. Saben que tienen suficientes [dosis de vacunas] en preparación y más, por lo que necesitan desviar ese exceso hacia COVAX y otros países. Creo que tenemos que reconocer que los gobiernos tienen una responsabilidad con su propia gente, pero lo que no está bien es acumular vacunas y esperar hasta que [los países] alcancen una cobertura del 50, 60 o 70% antes de compartir sus excedentes. No hay necesidad de eso.
Entonces, si bien hay algunos matices y realidades políticas en este [tema], es una situación loca en la que estamos, donde tenemos 1.300 millones de dosis excedentes en todo el mundo en relativamente pocos países ricos. Por supuesto, no todas estas dosis han llegado donde se necesitan... Si tuviéramos una situación similar en el futuro, necesitaríamos una respuesta mucho más estructural. Necesitamos asegurarnos de que el sistema esté establecido y que no pueda [priorizar] a los países ricos primero, con cada país poniéndose a sí mismo en primer lugar y sin límites en la cantidad de dosis que se pueden comprar. Eso pone a las empresas en una posición difícil y pone a COVAX y ACT-A en la retaguardia, corriendo para ponerse al día y ofrecer la respuesta equitativa que los gobiernos han firmado. Así que los líderes mundiales deben andar por ese camino y no solo hablar por hablar.
¿Cómo determinamos el número de dosis que se supone que deben donar los países de ingresos altos?
Creo que por el momento no existen reglas generales firmes y ágiles.
Podrías argumentar que cuentas con algún tipo de pequeño excedente que sería apropiado para enfrentar imprevistos y como posibles inyecciones de refuerzo. Pero puedes acaparar todas las vacunas que quieras; si no las compartes de forma equitativa, estás perjudicando tu propia economía y tu propia gente.
Cuanto más tiempo resida el COVID en el mundo, más posibilidades hay de que tengamos el tipo de variantes a las cuales podrían no responder las vacunas.
Cuanto más dure esto, más nos alejarán las mutaciones de donde estamos ahora, haciéndolo cada vez más difícil y constantemente [obligándonos a] jugar un juego para ponernos al día. Así que el salto mental que les pedimos a todos es que [cedan] dosis para ayudar a [su] propia gente... Es contradictorio en muchos sentidos porque todos quieren ver a su propia gente protegida, pero a menos que lo hagamos de manera justa y equitativa, podríamos estar en este ciclo perpetuo en el que todos hemos estado durante mucho tiempo. Y, francamente, estaremos listos para continuar hasta que logremos esta respuesta equitativa.
COVAX tiene un resumen ejecutivo que estipula que los países que donan sus dosis deben adherirse a los principios COVAX de reparto de dosis. Eso incluye alertar a COVAX lo antes posible y donar a través del monitoreo de las instalaciones donde se administran las dosis. COVAX y Gavi [la Alianza para las Vacunas] cuentan con las personas mejor posicionadas y con más experiencia en la entrega de vacunas a gran escala en [países de ingresos bajos y medianos], y los necesitamos para seguir haciendo ese trabajo y de manera más amplia.
En Pandemic Action Network estamos trabajando en estrecha colaboración con Global Citizen para asegurarnos de financiar completamente ACT-A este año y asegurar el intercambio de dosis para que podamos llegar a la mayor cantidad de personas posible, pero también para tener esa agenda esencial para la inmunidad colectiva, para que todo el mundo pueda llegar al 80% de cobertura y no solo los países ricos.
Crees que hemos avanzado lo suficiente en cuanto a financiar el ACT-A y asegurarnos de tener suficientes dosis de vacunas para hacerlas llegar a quienes más las necesitan? ¿Qué crees que debemos lograr en el próximo año a grandes rasgos?
Necesitamos financiar completamente ACT-A. Hay una brecha de financiamiento de $22 mil millones, $2 mil millones de los cuales son para vacunas, y hay un compromiso por separado en junio para COVAX.
También destacaría la importancia de los otros pilares de ACT-A. Faltan casi $8 mil millones del pilar de fortalecimiento del sistema de salud. Y, por supuesto, cuanto más se fortalezcan los sistemas de salud, más fácil será para [los países de ingresos bajos y medianos] administrar las vacunas. Hay una gran brecha en términos de diagnóstico y terapia, y no deberíamos caer en una especie de competencia falsa entre ninguno de estos. Si las vacunas se están implementando más lentamente de lo que nos gustaría, entonces en realidad necesitamos hacer más pruebas. Necesitamos los diagnósticos aún más.
Entonces, mientras estamos muy enfocados en este camino al 80% de inmunidad colectiva, también debemos asegurarnos de no dejar ningún elemento atrás. Estamos considerando financiar completamente ACT-A, esperamos que para la Cumbre Mundial de la Salud [en mayo]. Si eso no termina la labor, esperaríamos que la cumbre del G7 y el momento de compromiso de COVAX en junio hagan precisamente eso.
Esta entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad.