El problema con los sorbetes de plástico finalmente se está poniendo de moda, pero la lista de materiales cotidianos que obstruyen el océano y dañan a los peces no para de crecer.
Según informó recientemente un grupo de ecologistas, las colillas de cigarrillos son en realidad la mayor amenaza de todas, y ahora quieren que sean prohibidas, informó recientemente NBC News. Si bien las colillas de cigarrillos son el contaminante artificial número uno en los océanos del mundo, resultan ser las menos reguladas.
La mayoría de los cigarrillos, 5,6 billones fabricados cada año en todo el mundo, usan filtros elaborados en base al acetato de celulosa, un tipo de plástico que puede demorar hasta una década para descomponerse. El proyecto Cigarette Butt Pollution Project informó que dos tercios de esos filtros no se descartan de manera responsable.
El problema es que no es tan simple. En el transcurso de 32 años, Ocean Conservancy recolectó 60 millones de colillas de cigarrillos, lo que las convirtió en la basura más grande recolectada durante sus limpiezas anuales de playas. La mayoría de los filtros no se descartan en la playa: llegan al océano desde los desagües pluviales y otros cuerpos de agua en todo el mundo. Las colillas, a menudo hechas de fibras sintéticas y productos químicos, se desintegran en microplásticos. Eventualmente, la vida silvestre como las aves marinas y las tortugas marinas los ingieren.
La Surfrider Foundation, una organización ambiental sin fines de lucro, espera presionar a las organizaciones orientadas en temas de salud para que reconozcan que las colillas también son dañinas para los humanos, algunas investigaciones las han relacionado con el cáncer.
Las organizaciones antitabaco como la Iniciativa de la Verdad realizan importantes campañas para educar a los consumidores. Cuando se trata de prohibir los filtros, la ciudad de San Francisco ha logrado el mayor avance en los Estados Unidos con una tarifa de 60 centavos por paquete, lo que significa recaudar suficiente dinero para cubrir el costo de la limpieza de sus desechos. Otras ciudades como Nueva York no están teniendo mucha suerte al aprobar legislación sobre el tema. Un parque de diversiones francés incluso entrenó cuervos para recoger cigarrillos.
In our recent #LitterSurvey, cigarette related litter was found on 79% of the 7,200 sites surveyed. #BinTheButt#FlickingBlueMurderhttps://t.co/vs9WBi0tdApic.twitter.com/dyvnamlyGB
— Keep Britain Tidy 🚮 (@KeepBritainTidy) 29 de agosto de 2018
Luego hay otras compañías como Greenbutts, que fabrican alternativas ecológicas a partir de materiales orgánicos, pero no pueden progresar mucho sin el apoyo del gobierno. Las compañías tabacaleras intentaron defender la mala reputación de las colillas intercambiandolas por filtros biodegradables, realizando campañas contra las colillas como una forma de basura e impulsando ceniceros portátiles. Desafortunadamente, las investigaciones de mercado encontraron que los fumadores no pueden dejar de lado el hábito de deshacerse de sus colillas en lugares no adecuados.
¿Cuál es la peor parte? Los filtros se introdujeron como una herramienta de mercadeo destinada a hacer que los consumidores se sientan protegidos contra los impactos nocivos del tabaco. Sin embargo, diversas investigaciones descubrieron que no hacen la diferencia.
Ocho millones de toneladas métricas de plástico contaminan los océanos del mundo cada año. Para ponerlo en perspectiva, Earth Day Network informa que es la suficiente cantidad de basura para cubrir cada centímetro de costa en todo el mundo con cinco bolsas de basura llenas de compuestos de plástico cada año.