Toxinas que fueron prohibidas hace años todavía amenazan a los mamíferos oceánicos, dijeron recientemente los científicos.
Los bifenilos policlorados, comúnmente conocidos como PVC, podrían estar eliminando lentamente a las poblaciones de ballenas asesinas en todo el mundo, según informó Science.
"Es alarmante estar al tanto de los posibles efectos a largo plazo de los productos químicos que se introdujeron en el medio ambiente hace más de 80 años", dijo Steven Bursian, toxicólogo ambiental de la Universidad Estatal de Michigan en East Lansing, en una entrevista con la revista. "Es una llamada de atención que permitiría hacer predicciones similares sobre otras especies".
Los PVC se descubrieron por primera vez en el alquitrán de hulla a fines del siglo XIX y luego se utilizaron en una gran variedad de funciones, desde fluidos hidráulicos hasta aceites lubricantes, pintura y estabilizadores de concreto, así como para el aislamiento no inflamable en transformadores eléctricos. Finalmente los científicos pudieron vincularlos a problemas del sistema inmunológico, cáncer, problemas reproductivos, y otros problemas de salud relacionados con el sistema endocrino, tanto en personas como en animales, señaló el informe.
Estados Unidos prohibió su producción en 1978, seguido de una prohibición mundial en 2004. Pero los contaminantes no se descomponen fácilmente, dicen los científicos.
"La historia del PVC no ha terminado", dijo a Science Jean-Pierre Desforges, un ecotoxicólogo de la Universidad de Aarhus en Dinamarca y autor del estudio.
Después de haberse asociado con Ailsa Hall y Bernie McConnell de la Universidad de St. Andrews en el Reino Unido para estimar los efectos del PVC, el grupo se basó en estudios de laboratorio en los que Desforges mostró que los PVC extraídos de la grasa de ballena afectan la función inmune de la ballena asesina.
Los estudios simultáneos en ratones estimaron los niveles de PVC que aumentan la susceptibilidad a las enfermedades y también afectan la fertilidad.
Según el informe, basándose en los resultados de laboratorio y en las concentraciones de PVC año por año en ballenas asesinas individuales, el equipo concluyó que de las 19 poblaciones estudiadas, más de la mitad disminuirá debido a los efectos de los PVC.
Productos químicos como los PVC son absorbidos por el plancton en la base de la cadena alimenticia, y luego consumidos por el arenque y otros peces pequeños, que a su vez son consumidos por peces aún más grandes, informó el New York Times. Con cada transferencia dentro de la cadena, los PVC se concentran cada vez más, lo que coloca a las ballenas asesinas en mayor riesgo, en especial aquellas que comen focas y otros animales que se encuentran en un punto alto de la cadena alimenticia y están profundamente contaminados.
Otros depredadores importantes, como los tiburones y los delfines, probablemente también tengan niveles de PVC peligrosamente altos. Mientras tanto, los tumores y el aumento de las enfermedades en los leones marinos parecen también estar vinculados a altos niveles de PVC, señaló el informe.