El glaciar Tuni se alzó alguna vez sobre La Paz como una enorme y distante masa de hielo que cumplió un gran papel, proporcionando aproximadamente el 20% del agua de la capital boliviana.

Hoy, sin embargo, el glaciar se ha derretido casi por completo y su pérdida, junto con la crisis climática y la mala gestión municipal, ha amenazado el suministro de agua de la ciudad,según informó Reuters.

En los últimos años, La Paz ha estado al frente de una nueva era de escasez de agua. Entre 2016 y 2017, la ciudad enfrentó una sequía severa impulsada por el cambio climático que obligó a los residentes a racionar el agua y agotar los embalses.

Los líderes se enfrentaron a una cruda realidad: ¿cómo apoyar a una población en crecimiento con menos agua en un clima cada vez más inhóspito?

La pérdida del glaciar Tuni solo ha intensificado este dilema. En las últimas dos décadas, el glaciar ha perdido aproximadamente 23 mil millones de toneladas de hielo por año debido al aumento de las temperaturas y la disminución de las nevadas, señaló AFP en 2019.

El gobierno ha lanzado varias iniciativas en los últimos años para construir nuevos reservorios de agua y líneas de suministro que extraerían agua de la sierra andina. Pero estas medidas probablemente deban combinarse con un uso más eficiente del agua, según lo publicado por AFP. Los requisitos de racionamiento impuestos durante la grave sequía pueden volver de una forma u otra.

En términos generales, Bolivia está trabajando para restaurar bosques, humedales y otros ecosistemas para salvaguardar los suministros de agua restantes y al mismo tiempo combatir el cambio climático.

Bolivia es muy vulnerable a las alteraciones climáticas, pero ha contribuido muy poco al problema, ya que representa solo el 0,1% de las emisiones globales anuales de gases de efecto invernadero, según un informe de Oxfam. El informe continúa diciendo que el sector agrícola de Bolivia ha luchado contra eventos climáticos extremos y lluvias impredecibles en los últimos años. El empeoramiento de las condiciones podría provocar un desplazamiento generalizado.

Las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero están provocando el derretimiento de los glaciares en todo el mundo, interrumpiendo el suministro de agua y los sistemas de producción de alimentos. El derretimiento de los glaciares del Himalaya, por ejemplo, amenaza el suministro de agua de casi 1.300 millones de personas. Para 2050, la ONU advierte que alrededor de 5 mil millones de personas podrían enfrentar escasez de agua.