Conforme las vacunas contra el COVID-19 continúan distribuyéndose en todo el mundo, nos ofrecen esperanza para combatir la pandemia y regresar a la normalidad; pero al menos que lleguen a todo el planeta, es improbable que suceda.
La mayoría de empresas farmacéuticas se han reservado el derecho de establecer sus propios precios de vacunas, a menudo a niveles muy elevados. Esto limita la capacidad de los países de ingresos medios y bajos a acceder a herramientas vitales que podrían ayudar al mundo a lograr la inmunidad colectiva y acabar con la pandemia de una vez por todas.
Los científicos y médicos expertos por igual han solicitado a la industria farmacéutica global que ofrezca la vacuna a un precio asequible y que comience a anteponer las vidas de las personas por encima de las ganancias. Sin embargo, Big Pharma aún debe actuar, lo que representa un reto importante para nuestros esfuerzos de recuperación.
Global Citizen conversó con la Dr. Samira Guennif, una economista francesa especialista en salud, propiedad intelectual, patentes farmacéuticas, acceso a medicinas y asistencia médica en países en desarrollo, sobre la importancia de establecer precios justos de vacunas para ayudar al mundo a superar la pandemia.
Global Citizen: ¿Cómo se determinan los precios de las vacunas?
Samira Guennif: Hay varios elementos que determinan el precio de un producto antes de ser comercializado al publico. El precio es una compensación complicada entre los gastos de investigación y desarrollo (R&D por sus siglas en inglés), la eficacia [del producto] y el volumen de ventas. Se trata de una negociación entre organismos públicos, entidades de medicamentos y firmas. Sin embargo, estas negociaciones suceden dentro de un contexto donde el intercambio de información es asimétrico. El organismo depende totalmente de la información [proveída por las empresas farmacéuticas] para llegar a un precio fijo; y aunque el producto esté regulado por un organismo público, la negociación sucede dentro de un contexto particular donde las firmas tienen un enorme poder de negociación. Y este tipo de situación puede dar origen a precios más elevados en el mercado.
De esta manera, para poder solucionar el tema [de los precios altos en las vacunas], debemos tener acceso a dicha información.
Algunos han exhortado a Big Pharma a compartir los derechos de propiedad intelectual asociados con las vacunas para ayudar a acabar con la pandemia a los países en desarrollo tan rápido como sea posible. ¿Puedes explicar cómo la propiedad de una patente está relacionada con el costo de una vacuna?
Una vez que la firma obtiene una patente, se convierte en la única que puede producir y comercializar el producto durante 20 años. Esto crea un monopolio, lo que significa que los precios de manera inevitable incrementarán.
Esto es un asunto importante que abordar en el contexto de esta pandemia porque si los países pudieran evitar las patentes de la vacuna, la producción podría aumentar, además de evitarse los precios altos.
¿Qué sería un precio justo, en tu opinión, como economista?
Definitivamente no se trata de un precio global, lo que significa que una firma no puede decidir que: “el precio es el precio y será fijado tanto para el norte como para el sur”. Significa que necesitamos diferentes precios. Los países desarrollados aceptarían pagar un precio más elevado comparado con el de los países de ingresos medios y bajos.
¿Cuál sería el beneficio de bajar los precios de las vacunas contra el COVID-19 para los países en desarrollo?
Sabemos que la salud es importante para el desarrollo, en especial para los países en desarrollo... Es muy importante [para los países de ingresos altos] invertir en la salud para garantizar el desarrollo de [estos países]. [Sin estos compromisos], somos responsables de la incapacidad [de estos países] para lograr [los Objetivos Globales]; [y especialmente el Objetivo 3] para la salud y el bienestar establecido por Naciones Unidas.
¿Cómo podemos incentivar a las empresas farmacéuticas para asegurarnos de que provean la vacuna a un precio asequible?
Necesitamos algún tipo de colaboración y cooperación a escala global porque algunos países están comprando muchas dosis de vacunas y otros cuentan con una capacidad de producción más sólida. Este tipo de situación es socialmente aceptable: pagamos por el desarrollo de este producto y no debemos permitir que esto suceda. También estoy pensando en los países en desarrollo, que no tendrán una manera de sobrevivir [sin] este tipo de producto, excepto [con un poco de ayuda por parte de los países desarrollados].
Esta entrevista ha sido editada y resumida por cuestiones de claridad.