¿Qué implica llevar las vacunas hasta la meta final?

Autor: Kristine Liao

Smriti Jain

Para muchas personas, el proceso de vacunarse comienza y termina en algún tipo de instalación de salud, donde un trabajador de asistencia médica desinfecta su brazo antes de inyectarle una vacuna y despacharlo.

Pero en realidad, esa es la meta final de esa vacuna. Lo que implica llevar esa dosis del punto A al punto B es mucho más complicado que simplemente ordenar las vacunas, recibirlas y administrarlas, en especial si éstas van a administrarse en una comunidad rural difícil de llegar.

Un conglomerado de actores forman parte del proceso de obtener las dosis de vacunas de un centro de fabricación, llevarlas al aeropuerto y al lugar del país de destino y finalmente a las clínicas o sitios móviles de las comunidades locales. Se trata de un proceso que requiere documentación y monitoreo meticulosos, planeación logística rigurosa y la movilización de miembros de la comunidad confiables que sirvan como embajadores de las vacunas.

Del fabricante al aeropuerto  

El proceso de adquisición de las vacunas empieza cuando los países hacen sus pedidos de dosis. Si un país enfrenta una epidemia, el gobierno puedo requerir dosis de vacunas de las reservas de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este recurso está disponible para enfermedades como cólera, ébola, meningitis y fiebre amarilla. Una vez que se apruebe la orden, UNICEF obtiene las vacunas y organiza su entrega, idealmente en una semana.

Y como no existían las reservas de las vacunas del COVID-19 cuando la pandemia empezó, los países más ricos ordenaron dosis del fabricante. Las países que no contaban con el poder adquisitivo para hacerlo de esa manera tuvieron que depender de las vacunas suministradas por COVAX, el Banco Mundial o donaciones directas de otros países. 

COVAX se fundó en abril de 2020 como respuesta a la pandemia y es una herramienta financiera que tiene como propósito asegurar el acceso justo y equitativo a las vacunas contra el COVID-19. La iniciativa está codirigida por Gavi, la Vaccine Alliance, la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI) y la Organización Mundial de la Salud.

Si algunos países obtienen dosis de vacunas contra el COVID-19 a través de COVAX o el Banco Mundial, los detalles de la orden van a UNICEF, que maneja la adquisición y transportación de vacunas. En esta etapa, los funcionarios trabajan a través de las logísticas de adquisición de dosis de los fabricantes y localizan vuelos que puedan transportar dichas dosis a los países respectivos.

El proceso es similar para las inmunizaciones rutinarias, incluyendo las de polio, sarampión y el virus del papiloma humano (VPH), que son más accesibles para los países de ingresos medios y bajos a través de sociedades globales como Gavi. UNICEF es quien organiza el proceso y entrega las vacunas.

Una vez que los detalles de la orden y la transportación se acuerdan, es el momento para que las vacunas comiencen el viaje. Los fabricantes realizan el proceso de pedidos, confirman los plazos de la liberación del lote y empacan las dosis para ser transportadas.

Para muchas vacunas, incluyendo las desarrolladas para el COVID-19, la distribución de dosis requiere una “cadena en frío” para mantener los suministros dentro del rango de temperatura recomendada. La infraestructura para la cadena en frío permite que las vacunas conserven su eficacia a partir del momento de su fabricación hasta el momento de vacunación. Pfizer, por ejemplo, ha desarrollado transportadores termales con control de temperatura que usan hielo seco para mantener sus vacunas frías. Estos transportadores conservan cerrados las condiciones de temperatura recomendadas hasta por 10 días, lo que permite que las dosis realicen la trayectoria desde el centro de fabricación en un país al aeropuerto en otro.

Del aeropuerto a la instalación de salud

Una vez que las vacunas aterrizan en el país de destino, el próximo paso es la distribución de las mismas a un nivel regional. Primero, son descargadas del avión y colocadas en cuartos fríos. En esta etapa, los funcionarios por lo regular cuentan las vacunas para asegurarse que concuerdan con la cantidad ordenada y comienzan a determinar qué cantidades irán a cuáles zonas. 

Desarrollar la estrategia de cadena de suministro de vacunas para Sierra Leona es una de las responsabilidades principales de Joyce Mariana Kallon. Como directora del equipo de la cadena de suministro y logísticas del Expanded Program on Immunization del país, Kallon diseña matrices que determinan el movimiento de las vacunas a los 16 distritos del país.

After they land in a receiving country, vaccines need to be distributed at a regional level. They are loaded off the airplane and into cold rooms, where officials do a count of the vaccines and determine the quantities for each district.
Image: Smriti Jain

Hay diversos factores que los funcionarios consideran al determinar el número de dosis que un distrito recibe, incluyendo cuántos equipos médicos hay en la zona, cuántas personas van a vacunar al día y cuántos días planean realizar la campaña de vacunación. Estos factores pueden ser limitados por personal médico insuficiente, una falta de instalaciones de almacenamiento en frío y la fecha de caducidad de las vacunas, explicó Kallon.

Cuando se trata de las vacunas del COVID-19, las dosis se colocan en cajas frías, alineadas con paquetes de hielo acondicionados, que están diseñados para mantener la temperatura estable durante 72 horas. Estas cajas son colocadas dentro de camiones con refrigeración, además de jeringas, formularios de diagnóstico y cartillas de vacunación.

“En todo momento de la cadena de suministro queremos que las vacunas estén a una temperatura estándar de 2 a 8 [grados centígrados]”, Kallon afirmó a Global Citizen. “No queremos comprometer la temperatura”.

Los camiones salen a las instalaciones de salud en los distritos del país. En Sierra Leona, dos camiones realizan la distribución de las vacunas en los distritos, uno va al norte y oriente del país y el segundo va al sur y este.

Cuando llegan a la instalación de salud, las vacunas son colocadas inmediatamente en refrigeradores. Si un distrito no está equipado con refrigeradores, sus dosis designadas son almacenadas en un distrito cercano que tenga los recursos necesarios. Si se trata de un área remota, donde no hay instalaciones cercanas, el distrito mantiene las vacunas en las cajas frías que llegaron y cambia los paquetes de hielo cada 72 horas para mantener la temperatura.

De la instalación de salud a la comunidad local  

El proceso no se queda ahí. Una vez que las vacunas llegan al nivel regional, es el momento de empezar a distribuirlas a los pueblos y aldeas. Los trabajadores del sector salud de los países cargan la cantidad de vacunas determinada para cierta población a otro transportador de vacunas con paquetes de hielo acondicionados. Las vacunas entonces viajan en motocicleta, burro, a pie o a través de cualquier otro medio de transporte disponible con el fin de llegar a las comunidades locales para ser administradas.

Savior Flomo Mendin, la manager del condado de Last Mile Health en Grand Bassa County, Liberia, supervisa la distribución local de vacunas en su país. En Liberia, donde 1.2 millones de personas viven fuera del alcance del sistema de salud, las distancias largas y las condiciones pobres de los caminos siguen siendo obstáculos importantes para la distribución de las vacunas en comunidades remotas, afirmó Mendin.

From the regional level, vaccines are then distributed to villages and towns. Long distances and poor road conditions remain significant obstacles for vaccine distribution in remote communities.
Image: Smriti Jain

“Las comunidades más alejadas pueden estar a cuatro o cinco horas [de la instalación de salud más cercana]”, Mendin afirmó a Global Citizen. “Hay algunas comunidades que están muy alejadas y que también pasan por terrenos únicos, así que llegar allá puede tomar todo el día, hasta ocho horas”.

En las comunidades sin instalaciones de almacenamiento en frío, los trabajadores del sector salud establecen unidades de vacunación móviles y por lo regular tienen que administrar las dosis el día que las reciben para garantizar su eficacia. Esto requiere planificación importante con antelación, en particular asegurarse de que una porción considerable de la comunidad esté lista y dispuesta a recibir su inmunización, de otro modo las dosis tendrían que desecharse.

En esta etapa, la educación sobre las vacunas y la construcción de la confianza son componentes clave para el éxito, en especial en las comunidades donde la gente duda sobre las vacunas.

En Sierra Leona, Kallon afirmó que involucran actores de la comunidad como jefes, presidentes y presidentas y representantes religiosos para exhortar a la gente a que se vacune.

“Te sientes seguro cuando tu propia gente te habla, comparado con alguien que viene de muy lejos a decirte que hagas algo”, afirmó Kallon. “Es por eso que nuestro esfuerzo de movilización social no solo cuenta con representantes nacionales, también contamos con gente de la comunidad, que vive en el lugar, que forma parte del equipo”.

En Liberia, también, los trabajadores del sector salud de la comunidad forman una parte importante de los esfuerzos de vacunación local

El trabajo de Mendin apoya la capacitación de los trabajadores del sector salud de la comunidad, brindándoles guías sobre cómo manejar y almacenar vacunas, además de cómo disipar malentendidos sobre las vacunas y movilizar gente para que sea inmunizada. Estos vínculos entre la comunidad y los sistemas de salud han sido fundamentales para formar una visión en torno a la vacunación y para incrementar su aceptación.

Community outreach and mobilization efforts are vital components of global immunization programs.
Image: Smriti Jain

“Presenciamos mucha aceptación cuando los trabajadores del sector salud de la comunidad comenzaron a dar un paso a delante para recibir sus vacunas [del COVID-19]”, afirmó Mendin. “La mayor parte de la comunidad ya confía en ellos y los respeta a ellos y a sus decisiones, así que cuando se vacunaron, esto alentó a otros miembros de la comunidad a ver el valor de la vacuna”.

Establecer un vínculo con la comunidad ha sido clave no solo para la campaña de vacunación contra el COVID-19, pero para muchos esfuerzos de inmunización que se habían llevado a cabo antes de esta pandemia. 

Los trabajadores del sector salud que enlazan a la comunidad local con el sistema de salud han jugado un papel indispensable al ayudar a la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis (IEMP) a vacunar a más de 2.5 mil millones de niños. El éxito de los esfuerzos de rutina de inmunización de Gavi, que ha vacunado a más de 888 millones de niños en 77 países, no hubiera sido posible sin el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil que participaron en más de 65% de los servicios de inmunización en algunos países.

Esto es lo que sucede para llevar las vacunas hasta la meta final de la línea. Puede comenzar todo con el fabricante y las entidades internacionales como COVAX, Gavi, el Banco Mundial y UNICEF, pero todo depende de muchas otras cosas más. Se necesitan aviones, camiones con refrigeración, cajas frías y paquetes de hielo; y todo se reduce a la planificación, las estrategias y al alcance fundamental de los trabajadores del sector salud en todo el mundo.


La serie 'El final de la línea' examina las increíbles formas en que el mundo está llegando a la "última milla" con las vacunas. Abarca lo que supone distribuir vacunas en entornos devastados por la guerra, así como en zonas de difícil acceso, al tiempo que destaca el papel de los trabajadores sanitarios de la comunidad y la logística que conlleva la distribución de vacunas.

Declaración: Esta serie fue posible con fondos de la Fundación Bill y Melinda Gates. Cada historia se produjo con independencia editorial total.