Si echas un vistazo a las agendas de las pasadas Cumbres del G7, verás muchos de los mismos temas: reducción de la desigualdad, promoción de la igualdad de la mujer y el avance de la seguridad mundial, entre otros.
Este año la lista de tareas de los líderes de siete pesos pesados de la economía y la política mundial es larga: desde poner fin a la pandemia del COVID-19 hasta evitar una inminente crisis alimentaria mundial, así como tomar medidas significativas contra el cambio climático.
Aunque el grupo conocido como G7 no tiene el mismo poder para promulgar políticas mundiales que organizaciones como las Naciones Unidas, incluye a países que tienen una gran influencia mundial: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, junto con representantes de la Unión Europea, que también está invitada a todas las reuniones del G7 con estatus de observadora.
Los grupos humanitarios siguen de cerca las reuniones porque sus resultados pueden afectar a la ayuda al desarrollo en el extranjero, a la lucha contra la pobreza mundial y a la inversión en acción climática, entre otros aspectos.
La reunión de este año se celebrará en Schloss Elmau, en los Alpes bávaros (Alemania), del 26 al 28 de junio. Es especialmente importante porque, para ser francos, el mundo tiene muchos retos urgentes que abordar en estos momentos: el cambio climático, la guerra de Rusia en Ucrania y la inminente crisis alimentaria mundial que podría derivarse de ella; la actual pandemia de COVID-19, por nombrar algunos, y todas estas crisis empujan a un número creciente de personas a la pobreza extrema.
Veamos pues qué es el G7 y cómo surgió, en qué debe centrarse la Cumbre de Líderes de este año y cómo podemos todos utilizar nuestras voces para exigir a los líderes del G7 que aprovechen esta oportunidad para impulsar un cambio real y positivo.
Cómo y por qué se formó el G7
Tras la crisis del petróleo de 1973, los ministros de finanzas de seis de las principales economías del mundo (Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) formalizaron las conversaciones que habían mantenido sobre el estado de la economía mundial y la política internacional.
Los líderes acababan de ser testigos de cómo las interrupciones de un producto básico mundial crucial (el petróleo) podían provocar la pérdida generalizada de puestos de trabajo, el aumento de la inflación y el colapso del comercio.
Era un efecto dominó que querían evitar en el futuro.
Así que decidieron ponerse de acuerdo y llamaron formalmente a su reunión el "Grupo de los 6" o G6. En el transcurso de unos días en Rambouillet, Francia, en 1975, discutieron todo, desde el comercio multilateral hasta el papel de las democracias y el desempleo.
Desde entonces el grupo ha seguido reuniéndose con regularidad (incluso en la Cumbre anual de Líderes) y su composición ha evolucionado con el tiempo. En 1976 se incorporó Canadá, convirtiéndose en el G7, y en 1994 Rusia, convirtiéndose en el G8. Rusia fue suspendida del grupo tras la anexión de Crimea en 2014 y el grupo volvió a ser el G7, con representantes adicionales de la Unión Europea.
Qué puede hacer la Cumbre del G7
El G7 es un formidable foro político mundial. El grupo incluye siete de las nueve mayores economías del mundo, siete de los 15 países con mayor riqueza per cápita, siete de los 10 principales exportadores y siete de los 10 principales donantes a las Naciones Unidas.
Incluso sin el G7 estos países tendrían un enorme poder para determinar las prioridades de la economía mundial. Pero el G7 amplifica su influencia individual y actúa como fuerza estabilizadora en medio del tumulto de las transiciones internas de poder. Los miembros del G7 invitan regularmente a líderes a asistir y han apoyado una rama llamada G20 para permitir que más países del mundo tengan la oportunidad de alinearse en cuestiones económicas.
La presidencia del G7 rota anualmente. Dado que el grupo es una mera asociación informal y no una organización institucionalizada, el país que la preside (Alemania este año) tiene una responsabilidad especial y puede influir significativamente en la agenda.
A lo largo de los años el G7 se ha enfrentado a la catástrofe nuclear de Chernóbil, ha eliminado la deuda de los países de renta baja, ha movilizado fondos para la malaria y el VIH/SIDA y ha promovido cuestiones como la igualdad de género. Pero el grupo también ha sido criticado por perpetuar la desigualdad mundial al defender el statu quo económico (el G7 representa sólo el 10% de la población mundial) y por no abordar de forma significativa crisis mundiales como el cambio climático. Puedes leer más sobre lo que ocurrió en la Cumbre de Líderes del año pasado en Cornualles, en el Reino Unido, en nuestra explicación (spoiler: no fue suficiente).
Aunque el G7 no promulga directamente leyes o normas, los miembros publican cada año un documento redactado por el país anfitrión que pretende dar forma e influir en la política mundial. Sin embargo, en el pasado no siempre se ha dado que las numerosas palabras de las declaraciones finales de las reuniones del G7 sean seguidas de acciones concretas.
Qué hay en la agenda de este año
Este año Alemania ocupa la presidencia del G7 y, a poco de tomar posesión de su cargo en diciembre de 2021, el nuevo gobierno alemán tiene ahora la oportunidad de trabajar por la justicia global y abordar los retos más acuciantes del mundo.
El Canciller alemán, Olaf Scholz, dirigirá la cumbre de este año que, con las montañas de Baviera como telón de fondo, se centrará especialmente en la guerra de Ucrania y sus consecuencias, incluida una inminente crisis alimentaria mundial, la crisis climática, la lucha en curso contra la pandemia COVID 19, y la cooperación económica.
Aunque la Cumbre de Líderes de Elmau es el punto culminante, la presidencia del G7 se extiende durante todo el año.
Tanto antes como después de que los jefes de estado y de gobierno se reúnan en junio, se llevan a cabo importantes reuniones de los respectivos ministros sobre temas de finanzas, política exterior, clima, salud y desarrollo, en las que se negocian posiciones conjuntas y medidas concretas.
Por qué es tan importante esta cumbre del G7
Las guerras y los conflictos violentos, la pandemia del COVID-19 y el cambio climático: el mundo está experimentando actualmente múltiples crisis que están revirtiendo los importantes avances realizados en las últimas décadas en el camino hacia el fin de la pobreza extrema.
El Banco Mundial calcula que casi 100 millones de personas se han visto arrastradas a la pobreza extrema por la pandemia de COVID-19. Según el Programa Mundial de Alimentos, 45 millones de personas están al borde de la hambruna. Y el número de personas desplazadas de sus hogares en todo el mundo acaba de superar los 100 millones por primera vez, un hito "asombroso" según ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
La necesidad de actuar ahora es mayor que nunca. Porque en medio de todas las crisis no debemos olvidar que un futuro justo, sostenible y saludable para todas las personas, en todas partes, es posible.
La hoja de ruta para lograrlo son los Objetivos Globales de las Naciones Unidas: 17 metas que se entrelazan para acabar con la pobreza extrema y sus causas sistémicas, desde el cambio climático hasta la desigualdad de género, pasando por la desigualdad sanitaria y el hambre.
En medio de las actuales crisis mundiales no podemos dejar que los líderes pierdan de vista estos objetivos, porque lo que se necesita ahora es la unidad, la cooperación y la acción mundial para alcanzarlos.
Cómo puedes tomar acción ahora para ayudar
En la Cumbre del G7 de este año deben tomarse medidas concretas para acabar con la pobreza extrema ahora y en todas partes. En consonancia con nuestra campaña "Pongamos fin a la pobreza extrema AHORA: Nuestro futuro no puede esperar", exigimos a los líderes del G7 a que hagan lo siguiente para romper las barreras sistémicas, tomar acciones climáticas y empoderar a las niñas. Tú puedes sumarte para actuar y ayudar a que los líderes escuchen las voces de los Global Citizens de todo el mundo.
- Los líderes deben movilizar fondos para cerrar la brecha global entre los países ricos y los pobres, incluso asignando el 0,7% de la renta nacional bruta (RNB) a la cooperación para el desarrollo y la ayuda humanitaria.
- Detener la pandemia de COVID-19, las futuras pandemias y otras enfermedades, así como fortalecer los sistemas de salud en todas partes, incluso suspendiendo las patentes de las vacunas de COVID-19 y financiando el Acelerador de Acceso a las Herramientas de COVID-19 (ACT-A), incluida la iniciativa de vacunas COVAX.
- Proteger el clima con acciones integrales implementadas lo antes posible y limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5°C, incluyendo el cumplimiento de la promesa (hecha en 2009 y aún no alcanzada) de proporcionar 100,000 millones de dólares anuales para la mitigación y adaptación al clima en los países de bajos ingresos.
- Capacitar a las mujeres jóvenes y a las niñas de todo el mundo, incluso invirtiendo en el acceso de las niñas a la atención sanitaria, la educación y la nutrición, así como a los servicios de atención y apoyo.
Puedes unirte a nosotros dirigiéndote a nuestras páginas de campaña para Romper las Barreras Sistémicas, Tomar Acción Climática y Empoderar a las Niñas para empezar a actuar. Juntos podemos exigir a los líderes mundiales a que escuchen nuestras voces y tomen las medidas reales y transformadoras necesarias para abordar los retos globales a los que nos enfrentamos actualmente y conseguir un mundo justo y equitativo para todos.