Muchas veces se ha dicho que cambiar el comportamiento personal es vital para contener el COVID-19: usar mascarillas en espacios públicos, mantener la distancia social y lavarse con frecuencia las manos con agua limpia y jabón.
Sin embargo, para 3 mil millones de personas a nivel global, el acceso a la higiene no es tan simple como abrir el grifo, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Lo que significa que el 40% de la población del mundo no puede lavarse las manos con agua y jabón en sus hogares.
La mayoría se encuentra en África subsahariana, y los niños y las personas que viven en asentamientos informales, campos de refugiados o áreas de conflicto son los más afectados por la falta de agua limpia e infraestructura de saneamiento del continente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF lanzó recientemente una iniciativa para promover el lavado de manos con el propósito de atraer la atención a la difícil situación de las personas que no tienen acceso a agua limpia y, por lo tanto, son incapaces de protegerse a sí mismas de manera eficaz contra el COVID-19.
“La higiene de manos se ha vuelto fundamental ahora, no sólo para combatir al COVID-19, sino para prevenir una serie de otras enfermedades infecciosas. Sin embargo, a casi seis meses desde el inicio de la pandemia, las comunidades más vulnerables del mundo siguen sin tener acceso a la higiene de manos básica”, afirmaron los directores ejecutivos de UNICEF y la OMS, Henrietta Fore y el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una declaración conjunta.
A su vez, la declaración afirma: “Según datos recientes [de UNICEF y la OMS], la mayoría de las personas en los países menos desarrollados se encuentra en riesgo inmediato de contagiarse de COVID-19 debido a la falta de infraestructura para la higiene de manos”.
La declaración dice que mil millones de personas se encuentran en riesgo directo de contraer COVID-19 como resultado de la falta de agua y jabón en sus hogares, y que la mitad de éstas son niños.
Sin embargo, no sólo son los hogares los que carecen de acceso al agua limpia, la declaración añade: “Muy a menudo, las escuelas, clínicas, hospitales y otros espacios públicos también carecen de la infraestructura necesaria para la higiene básica de las manos, poniendo en riesgo a los niños, maestros, pacientes y trabajadores de la salud. A nivel global, dos de cada cinco de las instalaciones de asistencia médica no cuentan con higiene para las manos en puntos de asistencia”, afirma la declaración.
Un reporte de la organización World Vision revela que nueve de cada diez países en el mundo con el peor acceso al agua son africanos.
Entre los que se encuentran: Eritrea, donde 81% de la población no tienen agua potable. En Uganda, 61% de la población no cuenta con servicios de agua básicos. La cifras alcanzan 61% en Etiopia, 60% en Somalia, 59% en Angola, 58% en la República Democrática del Congo, 58% en Chad, 54% en Níger y 53% en Mozambique.
“La pandemia del COVID-19 ha revelado una verdad incómoda: demasiadas personas en el mundo simplemente no pueden lavarse las manos”, afirma la declaración.
UNICEF y la OMS afirman que trabajarán a través de la iniciativa con otros socios internacionales, los sectores público y privado, gobiernos nacionales y organizaciones comunitarias para garantizar que los productos y servicios estén disponibles y sean asequibles, además de fomentar la cultura de la higiene.
Lo anterior incluye garantizar que el lavado de manos sea accesible, especialmente en zonas en desventaja y en comunidades marginadas.
“Debemos también acelerar la inversión en higiene, agua y saneamiento, y en la prevención y control de infecciones”, afirma la declaración. “Instamos a los países a incrementar, sistematizar e institucionalizar la higiene de las manos y a comprometerse a reforzar un ambiente propicio, a suministrar productos y servicios esenciales, y a promover activamente prácticas de higiene como parte de un paquete de acciones que salvan vidas”.
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