La plantación de árboles se ha convertido en la piedra angular de muchas campañas ambientales en los últimos años. El llamado a plantar árboles está en todas partes, pues se considera una forma sencilla y eficaz de ayudar a reducir el impacto de las emisiones de carbono y restaurar los ecosistemas naturales.
Quizá el ejemplo más ambicioso sea la campaña de 1 billón de árboles, lanzada por el Foro Económico Mundial en Davos en enero de 2020 en apoyo a la Década de la Restauración de Ecosistemas de la ONU, que pretende restaurar, proteger o plantar 1 billón de árboles para 2030. Esto como seguimiento a una campaña similar que pretendía plantar 1 billón de árboles para 2050, iniciada en 2018 por organizaciones sin ánimo de lucro dedicadas a la naturaleza como WWF.
Este año se invitó a los británicos a unirse a un esfuerzo nacional de plantación de árboles en honor al Jubileo de Platino de la Reina.
Los Redditors incluso se sumaron al acto en 2019, cuando crearon una avalancha de memes para animar al destacado YouTuber Mr Beast a plantar 20 millones de árboles para celebrar el haber alcanzado 20 millones de suscriptores. Mr Beast, cuyo nombre real es Jimmy Donaldson, aceptó el reto, inició una recaudación de fondos y se asoció con la organización benéfica para la conservación de los árboles Arbour Day Foundation para ayudar a romper el objetivo.
Pero, ¿por qué se hace tanto hincapié en la plantación de árboles para frenar la crisis climática? y ¿puede realmente un humilde árbol salvar el mundo?
Las 3 cosas más importantes que debes saber sobre la plantación de árboles
- Los árboles son máquinas de almacenamiento de carbono por excelencia: en una sola hectárea se pueden capturar 400 toneladas de carbono.
- Restaurar un bosque del tamaño de Estados Unidos almacenaría 205.000 millones de toneladas de carbono, dos tercios de los 300.000 millones de toneladas emitidas desde la revolución industrial.
- Las iniciativas de plantación de árboles deben estar bien estudiadas y planificadas: los programas inadecuados harán más daño que bien.
Cómo funcionan los árboles
Los árboles son las máquinas de almacenamiento de carbono por excelencia. Como todas las plantas, toman dióxido de carbono de la atmósfera para generar su propio crecimiento y energía, en un proceso llamado fotosíntesis. Producen el oxígeno que respiramos como subproducto de este proceso.
Los bosques pueden retener carbono durante siglos, algo que los seres humanos y el planeta necesitan desesperadamente, dado el daño causado a la atmósfera por las actividades humanas que emiten carbono.
Según el Woodland Trust, una organización benéfica de conservación del Reino Unido, se pueden capturar 400 toneladas de carbono sólo en una hectárea (que son 10.000 metros cuadrados, o unos dos y medio campos de fútbol) de bosque.
Eso implica que la tala de árboles tiene graves consecuencias para las emisiones de carbono. Un estudio de 2018 descubrió que en Oregon (Estados Unidos) la tala ha sido responsable de la liberación de 33 millones de toneladas de dióxido de carbono al año desde 2000, lo que empequeñece otras fuentes de emisiones de carbono como el transporte en el estado.
Todos los árboles almacenan carbono, pero se cree que las selvas tropicales son aún más útiles para enfrentar del cambio climático. Crecen rápidamente y producen una capa de nubes en la selva que refleja los rayos del sol hacia el espacio, según la Rainforest Alliance. También son vitales para el sistema meteorológico, ya que ayudan a crear lluvia a través del vapor de agua que transpiran sus hojas, lo que a su vez ayuda a prevenir las sequías en la región.
Las estimaciones sobre la cantidad de carbono atmosférico que ha almacenado la selva amazónica varían enormemente. Pero sea cual sea la cifra, estudios han demostrado que contribuye a mitigar las emisiones de carbono producidas por todas las naciones de su entorno.
Por todas estas razones, los científicos del clima aclaman los beneficios de plantar árboles y proteger los que ya tenemos.
Un enorme estudio de la Universidad ETZ de Zúrich, publicado en 2019, concluye que la restauración de una superficie forestal muy grande en todo el mundo, equivalente al tamaño de Estados Unidos, almacenaría 205.000 millones de toneladas de carbono. Esto representa dos tercios de las 300.000 millones de toneladas que se han liberado a la atmósfera como resultado de la actividad humana desde la revolución industrial, según el estudio.
El profesor Thomas Crowther, quien dirigió el estudio, señaló que los resultados fueron "alucinantes".
Comentó: "Todos sabíamos que la restauración de los bosques podía desempeñar un papel en la lucha contra el cambio climático, pero no sabíamos realmente la magnitud del impacto... Ahora debemos actuar con rapidez, ya que los nuevos bosques tardarán décadas en madurar y alcanzar todo su potencial como fuente de almacenamiento natural de carbono".
Cómo los humanos afectan el papel que pueden desempeñar los árboles
Sin embargo, tanto el calentamiento global como la deforestación suponen una enorme amenaza para el importante papel que desempeñan los bosques en la protección del planeta.
Recientemente han surgido pruebas devastadoras de que, debido a los daños causados a la selva amazónica, está perdiendo su capacidad de almacenar carbono. De hecho, diversas actividades, tanto naturales como provocadas por el hombre, están haciendo que en algunos casos libere a la atmósfera gases de efecto invernadero como el metano y el óxido nitroso. Por ello, los científicos están muy preocupados por las pruebas que sugieren que algunas partes del Amazonas se están convirtiendo en una fuente de carbono, no en un sumidero.
La desecación de los humedales y la compactación del suelo por la tala, por ejemplo, pueden aumentar las emisiones del gas de efecto invernadero conocido como óxido nitroso, según concluye un estudio de marzo de 2021.
Otro estudio de mayo de 2021 descubrió que el aumento de las temperaturas puede entorpecer la capacidad de un árbol para realizar la fotosíntesis con la misma rapidez, aunque el proceso sigue produciéndose.
Por qué no basta con plantar árboles
Aunque todas estas pruebas significan que es vital proteger los bosques y cultivar más árboles para que las futuras generaciones puedan beneficiarse de su capacidad de capturar carbono, hay pruebas de que no podemos confiar simplemente en "plantar árboles" para salvar al mundo del cambio climático.
En 2020, algunas investigaciones científicas sugirieron que, si las iniciativas de plantación de árboles están mal diseñadas, en realidad pueden ser inútiles. Esto se debe al riesgo de que creen zonas de "monocultivo" (es decir, de un solo tipo de especie) no especialmente diversas, y existe un debate sobre la cantidad de carbono que pueden capturar realmente los árboles muy jóvenes, según un artículo de la BBC basado en algunos estudios.
El profesor Eric Lambin, de la Universidad de Stanford, señaló un plan en Chile que, según él, aceleró la pérdida de biodiversidad. "Si las políticas para incentivar las plantaciones de árboles están mal diseñadas o se aplican mal, existe un alto riesgo no sólo de malgastar el dinero público, sino también de liberar más carbono y perder biodiversidad", aseguró.
La activista Greta Thunberg hizo eco de esta preocupación y dijo en la reunión de Davos en la que se lanzó la iniciativa del billón de árboles que "pagar a otra persona para que plante árboles" no era suficiente.
La joven dejó claro que los esfuerzos de plantar árboles deben ir acompañados de esfuerzos concertados para poner fin a nuestra dependencia de los combustibles fósiles y reducir las emisiones, y tuiteó en 2019 que: "Sí, por supuesto que tenemos que plantar tantos árboles como sea posible. Sí, por supuesto que tenemos que mantener los árboles existentes en pie y recuperar la naturaleza. Pero no hay absolutamente ninguna manera evadir el detener nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y dejar los combustibles fósiles en el suelo".
Thunberg se unió al locutor Sir David Attenborough para apoyar la idea de rewild (resilvestrar) el mundo. En una película que ella creó con el escritor George Monbiot, destacaron que eso significa no sólo plantar más árboles, sino proteger y restaurar muchos tipos diferentes de zonas silvestres, como los bosques de manglares, los humedales y las praderas marinas, que desempeñan un papel en la captura de carbono.
Está claro que plantar árboles es una herramienta útil que podemos utilizar para ayudar a mitigar los efectos del cambio climático y proteger el planeta, pero es algo que tenemos que investigar para hacerlo de la manera correcta y continuar con nuestros esfuerzos para alcanzar cero emisiones netas.