Un enorme petrolero situado a unas 5 millas de la costa de Yemen, llamado FSO Safer, podría averiarse en los próximos meses -creando un desastre medioambiental que eclipsaría el derrame del petrolero Exxon Valdez de 1989- por la sencilla razón de que ha sido abandonado, según publicó Time.
Un vertido o una explosión causaría un daño extremo a la biodiversidad del Mar Rojo y expondría a millones de personas a niveles peligrosos de contaminación, según las Naciones Unidas.
Esta posibilidad sería especialmente perjudicial para el pueblo de Yemen, que ha soportado una brutal guerra civil desde 2014 que ha llevado al país a la peor crisis humanitaria del mundo. Cientos de miles de personas han muerto por el conflicto y sus repercusiones.
Se estima que 23,4 millones de personas en Yemen necesitan ayuda humanitaria, de los cuales 12,9 millones tienen necesidades agudas, según una publicación de Relief Watch, que señala que aproximadamente 19 millones de personas en el país necesitan asistencia alimentaria, 21,9 millones necesitan acceso a la atención sanitaria esencial y 17,8 millones necesitan acceso a agua y saneamiento fiables.
El FSO Safer puede contener hasta 3,1 millones de barriles de petróleo y ha actuado como un punto de transferencia clave para el petróleo cosechado en la región para ser transportado por todo el mundo. Los efectos de la guerra detuvieron el mantenimiento del buque, abandonado en 2015, y desde entonces se ha oxidado "sin remedio". Tuberías, respiraderos, salas enteras y mucho más se están corroyendo y deteriorando.
Los activistas llevan años advirtiendo de la vulnerabilidad del Safer y han tomado medidas de emergencia provisionales para evitar que el barco se derrumbe y libere hasta 160.000 barriles de petróleo en las aguas circundantes. Por ejemplo, cuando una tubería de la sala de máquinas se rompió en 2020, los buzos locales tuvieron que sellar algunas de las aberturas externas del barco para que los trabajadores pudieran reparar la tubería y salvaguardar la sala, informó Time.
Un vertido de petróleo de la envergadura del FSO Safer empeoraría enormemente la situación de Yemen, dificultando la llegada de alimentos, agua y equipos sanitarios por parte de los buques humanitarios y generando una crisis de salud pública totalmente nueva, informa Naciones Unidas.
De hecho, las comunidades expuestas a los vertidos de petróleo informan de una amplia gama de dolencias de salud, como problemas respiratorios, afecciones de la piel, complicaciones cardíacas, etc. Estos problemas serían aún más probables entre una población asolada por la guerra y que lucha por sobrevivir.
Para empeorar las cosas, las plantas de desalinización de las regiones con escasez de agua probablemente se verían interrumpidas por la gran contaminación del agua, informa Time.
Según la agencia humanitaria ACAPS, el esfuerzo de limpieza de este vertido costaría 20.000 millones de dólares.
El suministro de ayuda humanitaria y la negociación de un acuerdo de paz en los países deben ser las principales prioridades de la comunidad mundial, pero no se puede ignorar la prevención de esta catástrofe medioambiental.
La ONU pide urgentemente a los países que se comprometan a aportar 144 millones de dólares -una fracción de los costes previstos del vertido- para instalar un buque de sustitución temporal y llevar a cabo una operación de emergencia para trasladar el petróleo a bordo del FSO Safer.
La campaña ha recaudado hasta ahora 33 millones de dólares, pero la cantidad restante debe comprometerse pronto, advierte la ONU.
"Si no recibimos suficientes fondos urgentemente, la ventana meteorológica para transferir el petróleo se cerrará", dijo en un comunicado Auke Lootsma, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Yemen. "En octubre, los fuertes vientos y las corrientes volátiles hacen más peligrosa la operación y aumentan el riesgo de que el barco se rompa".